Una ambiciosa empresa que pretende reducir las emisiones de carbono del mundo acaba de dar un gran paso: ha puesto en marcha la mayor planta de captura directa de aire y almacenamiento de CO2 del planeta.
La última instalación de Climework está diseñada para absorber el dióxido de carbono del aire y almacenarlo permanentemente bajo tierra mediante un proceso pionero de mineralización, y presenta un novedoso diseño modular que será clave para los planes de ampliación de la empresa.
Dejar de usar combustibles fósiles y generar menos dióxido de carbono es la clave para evitar que la temperatura global aumente 1,5 ºC por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, cada vez surgen más tecnologías que pueden ayudarnos a eliminar lo que ya existe y que podrían contribuir a evitar niveles peligrosos de calentamiento global.
Entre ellas se encuentra la captura directa del aire (DAC), que se aparta de las tecnologías de secuestro de carbono que extraen el CO2 directamente de las centrales eléctricas y, en cambio, trata de recogerlo del aire ambiente.
Climeworks ha estado trabajando en la vanguardia de este campo desde que se fundó la empresa en 2009, y su sistema utiliza enormes ventiladores para extraer el aire ambiente a través de un filtro que captura selectivamente el CO2 para utilizarlo en bebidas carbonatadas o en invernaderos para ayudar a cultivar verduras. El CO2 tiene muchos usos.
Tradicionalmente, el almacenamiento de CO2 en depósitos subterráneos ha conllevado el riesgo de fugas, pero en 2016 un grupo independiente de científicos que trabajaba en el proyecto CarbFix hizo un avance que cambió el juego. Los investigadores habían estado investigando cómo las reacciones entre el gas y los materiales rocosos del subsuelo pueden convertir el CO2 en minerales sólidos, un proceso natural que lleva cientos o incluso miles de años.
Esto llevó al descubrimiento de una técnica que acelera significativamente este proceso, acortando el tiempo de mineralización del CO2 a menos de dos años. Esto llamó la atención de Climeworks, que se asoció con CarbFix en un proyecto piloto en la central geotérmica Hellisheidi de ON Power en Islandia en 2017. Aquí, el sistema DAC de la empresa se utilizó para capturar y almacenar de forma segura alrededor de 12,5 toneladas de CO2 durante tres meses, convirtiéndola en la primera central eléctrica de emisiones negativas del mundo.
La central geotérmica de Hellisheidi vuelve a albergar la última instalación DAC de la empresa, que se llama Orca. Las obras comenzaron aquí en mayo de 2020 y se basan en un método de construcción modular en el que la tecnología se empaqueta dentro de unidades apilables. Estas unidades utilizan la mitad de acero que los diseños anteriores y también capturan el CO2 de forma más eficiente, y al estar adyacentes a la central eléctrica, se alimentan totalmente de energía renovable.
Orca ya ha empezado a funcionar y, según Climeworks, recogerá 4.000 toneladas de CO2 del aire cada año. Esto es una gota de agua en el océano si se compara con las más de 30 gigatoneladas, o 30.000 millones de toneladas, de CO2 que el ser humano bombea al aire cada año, pero supone una notable mejora respecto a lo que la empresa era capaz de capturar hace tan sólo unos años.
A medida que se vaya expandiendo, la empresa tiene previsto aumentar su capacidad de extracción hasta capturar millones de toneladas de CO2 en la segunda parte de esta década.
Orca, como hito en el sector de la captura directa de aire, ha proporcionado un modelo escalable, flexible y replicable para la futura expansión de Climeworks.
Con este éxito, estamos preparados para aumentar rápidamente nuestra capacidad en los próximos años.
Lograr las emisiones netas globales todavía es un largo camino por recorrer, pero con Orca, creemos que Climeworks ha dado un paso significativo hacia la consecución de ese objetivo.
Jan Wurzbacher, cofundador de Climeworks.
Vía climeworks.com
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