Actualizado: 05/07/2024
EE.UU. está listo para iniciar otra guerra por el petróleo. Como si los billones y billones de dólares ya gastados para «liberar» a Kuwait y llevar la democracia a Irak no fueran suficientes, ahora Estados Unidos está dispuesto a castigar a Irán por, supuestamente, suministrar los drones usados en un ataque con misiles contra instalaciones petrolíferas en Arabia Saudí.
Antes sólo los gobiernos tenían fuerzas aéreas, pero los aviones teledirigidos han democratizado la violencia desde el cielo. Los Houthis, con ayuda y consejo de Irán, lo han perfeccionado a un nivel que nadie más ha hecho.
Bernard Hudson, ex director de antiterrorismo de la CIA.
Nadie sabe lo que sucedió realmente aún, de dónde vinieron los drones, o quién los controló, pero los precios mundiales del petróleo se han disparado. El aumento de los precios de la energía podría ser un obstáculo para una economía mundial que ya está mostrando signos de desaceleración.
Imagina un mundo en el que cada país sea capaz de satisfacer sus necesidades energéticas internamente, usando únicamente la abundante energía solar, eólica, geotérmica, hidroeléctrica o mareomotriz. Piensa en cómo cambiaría la política mundial si Europa no tuviera que depender de Rusia para que el gas natural calentara sus hogares en invierno.
¿Qué pasaría si los Estados Unidos no tuvieran que violar sus reservas de vida silvestre y sus parques nacionales sólo para presumir de ser el mayor exportador de energía del mundo? ¿Y si no tuviéramos que hacer la pelota a gobiernos totalitarios?
Los líderes políticos se lamentan por el alto coste, según ellos, de la transición renovable. Puede costar trillones, lloran. Sin embargo, el Costs of War project del Instituto Watson de Asuntos Internacionales y Públicos de la Universidad de Brown descubre que Estados Unidos ya ha gastado más de 5,6 billones de dólares en operaciones militares en la era posterior al 11 de septiembre. Además, desde 2001, el ejército estadounidense ha añadido 1.200 millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera. Eso es más que muchas naciones.
Todo ese dinero y todas esas emisiones no tienen en cuenta el coste humano de los militares que han muerto o han resultado heridos en esas guerras, ni la carga impuesta a millones de civiles que han sido desplazados como resultado de ellas.
La transición a las energías renovables va más allá de la reducción de las emisiones de carbono. Se trata de desmantelar las construcciones geopolíticas actuales que apoyan la noción de que el acceso al petróleo debe mantenerse a toda costa.
El petróleo distorsiona enormemente las relaciones internacionales. El acceso al petróleo fue uno de los principales factores que llevaron a Japón a invadir a sus vecinos antes de la Segunda Guerra Mundial. Ha sido una de las principales causas de las aventuras europeas en Oriente Medio. Es lo que causó que Irak invadiera Kuwait y que Estados Unidos invadiera a su vez a Irak.
La energía renovable puede reequilibrar la estructura económica del mundo. Las naciones ya no verían los recursos naturales de sus vecinos y conspirarían para capturarlos para sí mismas. Los déspotas ya no gobernarían sus países como feudos apoyados por fortunas asombrosas basadas en el petróleo.
La energía renovable no sólo puede reducir las emisiones de carbono, sino que también puede eliminar una de las principales causas de conflicto entre las naciones. ¿Cómo le pones precio a eso?
Perceval dice
Encontrarán otros motivos por los que hacer la guerra, tal vez las materias primas necesarias para fabricar la maquinaria que produce energías renovables. El problema no es la materia prima sino el sistema capitalista, que se basa en la falacia del crecimiento económico infinito y en que el planeta es una mercancía más con la que se puede hacer negocio.
Lo qué si acabaría con otro tipo de violencia sería legalizar el tráfico de drogas y que los estados y administraciones públicas, como hacen otras drogas como el tabaco o el alcohol, controlasen su distribución y su adulteración. Sería el fin de las mafias de la droga, lo cárteles psicópatas de México, Colombia y otras naciones, y los consumidores estarían tomando droga menos dañina al no estar adulterada con productos todavía más tóxicos que la propia droga.
Pero sí, independientemente de todo lo dicho, hay que acabar con las energías no renovables cuanto antes, y sobre todo, y lo más importnate: intentar NO consumir si podemos evitarlo. Nada, ni agua más que la imprescindible. Esa es la medida más ecológica del mundo. Lo que no se consume acaba por no fabricarse, y si no se fabrica no gasta energía ni recursos naturales.
Consumamos lo esencial para vivir y dejemos de comprar cosas que no necesitamos o que podemos conseguir de segunda mano o «heredadas» de amigos y familiares, y si podemos ir caminando a los sitios, mejor que en transporte público o en bicicleta, que también contamina su fabricación, destribución, mantenimiento y reciclaje. Si tenemos que desplazarnos lejos o rápido, entonces compremos una bicicleta o vayamos en el transporte público. Pero ¡no compren un coche. Hoy día no es necesario si viven en una ciudad moderna! Si tiene que usar Cabify, Uber o Taxi una vez al mes, pues úsenlo, pero no compren un vehículo a motor, ni siquiera eléctrico.