El primer ministro ha anunciado que, a partir del año que viene, las nuevas viviendas y edificios de Inglaterra estarán obligados a instalar puntos de recarga para vehículos eléctricos.
Según las estimaciones del Gobierno británico, se instalarán 145.000 puntos de recarga cada año, una cifra que seguramente insuficiente para la rápida transición prevista.
Además de las viviendas y edificios de nueva construcción, los nuevos supermercados, los centros de trabajo y los edificios que se sometan a reformas importantes también les afectará esta nueva ley, debiendo instalar los puntos de recarga correspondientes según su tamaño y uso.
La medida llega en un momento en el que el Reino Unido pretende cambiar a los coches eléctricos, con la prohibición de vender nuevos coches de gasolina y diésel a partir de 2030.
Las nuevas viviendas también deberían incluir un espacio seguro para las bicicletas y acceso a un transporte público de alta calidad, para ofrecer alternativas reales al uso del coche y ayudar a reducir la congestión.
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