Actualizado: 14/10/2021
En un toque de asfalto podría estar el secreto para acelerar al máximo la recarga de las baterías. Es lo que ha descubierto un equipo científico de la Universidad de Rice que, con un prototipo compuesto por grafeno, litio, carbono combinado con sulfuro, y un derivado del asfalto, la gilsonita, ha reducido de dos horas a cinco minutos el tiempo necesario para la recarga completa.
“La capacidad de estas baterías es enorme, pero no lo es menos que podamos llevarlas de cero a carga completa en cinco minutos, en lugar de las dos horas o más que son necesarias con otras baterías”. Lo explica James Tour, líder del proyecto realizado en el Rice Lab, que asegura que el avance podría traducirse, en la práctica, en baterías cargadas en entre 10 y 20 veces menos de tiempo que las de ion de litio que existen en el mercado.
Y estas, están por todas partes: tu smartphone o tu portátil dan buena cuenta de ello, por lo que si este prototipo avanza a la fase comercial, podría tener un impacto importante.
Por el momento, ya se han desarrollado las pruebas en laboratorio que han arrojado estos resultados, además de revelar otras virtudes de estas novedosas baterías. Los ánodos compuestos por carbono poroso obtenido del asfalto mostraron una “estabilidad excepcional” tras medio millar de ciclos de carga y descarga.
Otra de las virtudes de este prototipo que reafirma además el posible músculo del asfalto para este nuevo uso es que la incorporación de carbono derivado del asfalto mitiga la formación de dendritas. Con ello, además de acelerar la recarga, la presencia de asfalto disminuye los riesgos de cortocircuitos, fallos e incluso explosiones de la batería.
Para darle forma, los expertos aprovecharon una investigación anterior en la que usaron un derivado del asfalto para capturar gases de efecto invernadero, para incorporar a su novedosa batería precisamente el mismo elemento: gilsonita sin tratar que mezclaron con nanocintas de grafeno y recubrieron con metal de litio.
Por su parte, para el cátodo, se optó por carbono combinado con sulfuro y, así, las baterías quedaron listas para ponerse a prueba. En estos test, la innovación mostró una densidad de potencia de 1.322 vatios por kilo y una densidad de energía de 943 vatios hora por kilo.
Más información en Rice University.
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