Millones de personas en todo el mundo no pueden ver bien, pero muchas no pueden permitirse unas gafas. Hace diez años, Martin Aufmuth inventó para ellos las OneDollarGlasses. Desde entonces, ha ayudado a personas de todo el mundo.
El profesor de secundaria Martin Aufmuth inventó las «gafas de un dólar» fabricadas en su propio taller óptico portátil en Erlangen, Alemania.
Un profesor de Erlangen inventa unas gafas para los más pobres.
Lo que se da por sentado en los países ricos, si tienes mala vista, vas al oftalmólogo o al óptico, es imposible en muchas partes del mundo: simplemente no hay atención óptica básica.
Las personas con mala visión suelen ser incapaces de aprender o trabajar correctamente.
Martin Aufmuth, que por aquel entonces todavía era profesor de secundaria en Erlangen, fue consciente de este problema hace unos años. Cuando descubrió por casualidad unas gafas en una tienda de 1 euro, nació su idea: quería crear gafas por menos de un dólar de material para que incluso los más pobres pudieran permitírselas.
Durante meses estuvo trasteando en su sótano, y finalmente creó una montura hecha de alambre de acero ligero, así como lentes ya cortadas.
Ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas: crear empleo.
Pero para que las gafas estén permanentemente disponibles a nivel local, tuvo que resolver otro problema: Las OneDollarGlasses deben estar diseñadas para ser producidas en los países del proyecto, en una máquina sin electricidad, porque allí no suele haber electricidad fiable.
Esta es la única manera de proporcionar una ayuda real, Aufmuth lo tiene claro. Al fin y al cabo, ¿de qué sirven unas gafas que primero hay que transportar a las personas que las necesitan y luego se rompen o les cambia la visión? También crea puestos de trabajo locales.
El proyecto crece: diez países en tres continentes.
El segundo invento de Martin Aufmuth es una máquina de doblar que funciona sin electricidad y que puede ser manejada incluso por personas ciegas.
Sólo en Burkina Faso, el proyecto cuenta ya con más de 70 empleados. La asociación está presente en diez países de tres continentes, por ejemplo en India y Myanmar, en Malawi y Kenia o en Perú y Bolivia.
En estos países, muchas personas carecen de dinero para viajar a la siguiente ciudad. Por eso, las OneDollarGlasses estaban pensadas para llegar a la gente desde el principio. Aunque al principio se transportaban en simples ciclomotores, ahora la asociación dispone en su mayoría de vehículos, en Brasil incluso de un camión para recorrer los pueblos.
Entretanto, algunos de los equipos también llevan aparatos de medición óptica; al principio, sólo tenían simples tablas de visión. En el lugar, el personal formado por la asociación realiza exámenes en serie y adapta directamente a las personas las monturas de gafas y las lentes que han traído. La recaudación de los espectáculos se utiliza para pagar los salarios del personal local.
Más información: www.onedollarglasses.org
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