Este bio-ladrillo creado estudiantes de la Universidad de Ciudad del Cabo mezcla la orina con arena y bacterias, lo cual, según ellos, es algo único a nivel mundial. Han creado el primer ladrillo del mundo hecho de orina humana.
El bio-ladrillo fue diseñado por estudiantes de Ciudad del Cabo, quienes recogen orina de urinarios masculinos especialmente diseñados para este fin en el edificio de ingeniería de la universidad.
Los bio-ladrillos se fabrican en moldes a temperatura ambiente, eliminando la necesidad de hornos de altas temperaturas. El nitrógeno y el potasio, que son cruciales para los fertilizantes comerciales, se crean como subproductos durante el proceso.
«En este producto se toma algo que se considera un residuo y se fabrican múltiples productos a partir de él. Puede utilizar el mismo proceso para cualquier flujo de residuos. Se trata de repensar las cosas», dijo el Dr. Dyllon Randall, profesor principal de ingeniería de calidad del agua en la Universidad de Ciudad del Cabo, que supervisó el proyecto.
La idea de usar orina para cultivar bio-ladrillos ha sido previamente probada en los Estados Unidos usando productos sintéticos, pero la estudiante de maestría de la UCT, Suzanne Lambert, es la primera en usar orina humana real para hacer un ladrillo, según su universidad.
Crear un material de construcción verdaderamente sostenible es ahora una posibilidad real.
Los bio-ladrillos se crean a través de un proceso natural llamado precipitación de carbonato microbiano, similar a la forma en que se forman las conchas marinas. La arena suelta, que ha sido colonizada con bacterias que producen ureasa, se mezcla con la orina. La ureasa descompone la urea en la orina, produciendo carbonato de calcio, lo que permite a la arena tomar forma.
Mientras que los ladrillos normales se cocinan en hornos a temperaturas de 1.400ºC y producen grandes cantidades de dióxido de carbono, los bio-ladrillos no necesitan calor. El proceso permite personalizar el producto final por ejemplo en resistencia.
«Cuanto más tiempo se permite que las pequeñas bacterias hagan el cemento, más fuerte será el producto. Podemos optimizar ese proceso», añadió Randall.
La orina también se utiliza para hacer un fertilizante sólido. El líquido restante se utiliza para cultivar el bio-ladrillo.
Randall describió la orina como «oro líquido». Por volumen, la orina representa menos del 1% de las aguas residuales domésticas, pero contiene el 80% del nitrógeno, el 56% del fósforo y el 63% del potasio que se encuentra en las aguas residuales.
La gran mayoría del fósforo presente en la orina puede convertirse en fosfato de calcio, un ingrediente crucial en los fertilizantes, pero que se está agotando.
«Dado el progreso realizado en la investigación aquí en la UCT, crear un material de construcción verdaderamente sostenible es ahora una posibilidad», dijo Vukheta Mukhari, un estudiante de ingeniería civil que trabajó con Lambert.
Más información: news.uct.ac.za
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