Actualizado: 05/07/2024
París planea ampliar drásticamente un sistema de refrigeración urbana que extrae agua del río Sena y la bombea por tuberías subterráneas a los edificios de la ciudad. Se espera que el sistema ayude a mitigar la creciente demanda de aparatos de aire acondicionado de alto consumo energético, que contribuyen al cambio climático y al aumento de la temperatura global.
Bajo el pavimento que pisan los parisinos, se esconde una instalación puntera a nivel mundial en eficiencia energética, que promete cambiar la forma en que la Ciudad Luz combate el calor. Nos adentramos en el misterioso mundo del frío urbano, con una solución que busca despedirse de los climatizadores tradicionales y presenta una estrategia mucho más sostenible.
El gigante subterráneo de la climatización
París dispone de diez centrales que conforman un robusto sistema de frío urbano de París, el más grande de Europa.
A través de 92 kilómetros de tuberías, agua fría circula en un circuito cerrado, proporcionando una frescura refrescante a edificios entrelazados, sin la necesidad de los tradicionales y contaminantes sistemas de aire acondicionado.
En el corazón del sistema, maquinarias en los niveles más profundos de la central enfrían el agua usando un gas refrigerante, en un proceso que, aunque ruidoso, pasa desapercibido en la superficie, garantizando la tranquilidad de los habitantes.
Una alternativa verde a la climatización convencional
La secretaria general de Fraîcheur de Paris, Raphaëlle Nayral, nos recuerda que las temperaturas están en ascenso, y París podría enfrentar un clima similar al de Sevilla hacia 2050. Frente a esto, los parisinos tienen dos opciones: usar climatización individual, que expulsa el calor interior hacia el exterior, creando los llamados «islas de calor urbanas«, o optar por el sistema de frío urbano, que mantiene un balance térmico, evitando así agravar la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de los edificios.
El papel de la Sena en la economía energética
A pesar de su eficiencia, las centrales requieren electricidad para funcionar. Sin embargo, desde 2022, más del 50% de esta energía proviene de plantas solares en territorio francés. Además, el río Sena se convierte en un aliado invaluable, ayudando a disipar el calor generado por las centrales durante el verano, sin que las aguas de la central y el río lleguen a mezclarse, garantizando así la preservación del ecosistema fluvial.
Una expansión prometedora, pero desafiante
Actualmente, Fraîcheur de Paris sirve a 765 clientes, incluyendo iconos como el Museo del Louvre y el Palacio Bourbon. Sin embargo, el sector residencial permanece en gran parte sin explorar, principalmente debido a los desafíos asociados con la propiedad múltiple y las renovaciones necesarias para la conexión. A pesar de estos obstáculos, la ambición es clara: triplicar la red y expandir el servicio a hospitales, guarderías, y comercios a pie de calle.
La meta es clara, pero el camino no está exento de desafíos. Aunque la inversión inicial es significativa, se estima que se amortiza en una década, lo que junto a los beneficios ambientales, posiciona al frío urbano como una alternativa prometedora en la lucha contra el cambio climático, poniendo a París a la vanguardia en Europa, junto a países nórdicos como Suecia o Finlandia en esta innovadora solución de climatización.
Más información: www.engie.com
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