Actualizado: 05/07/2024
Las ciudades están repletas de un zumbido sordo, inaudible pero dañino: el sonido de baja frecuencia. Aunque no lo percibamos claramente, está ahí, sobre todo cerca de aeropuertos, carreteras y vías de tren, y puede ser perjudicial para nuestra salud. Ahora, un grupo de científicos de la Universidad de Lille y de la Universidad técnica nacional de Atenas ha encontrado una solución ingeniosa y económica: usar pelotas de ping-pong.
¿Por qué las pelotas de ping-pong?
Estas esferas huecas y ligeras son más que juguetes. Resulta que, con algunas modificaciones, pueden absorber esos molestos ruidos de baja frecuencia. Robine Sabat, uno de los autores del estudio, destaca que estas pelotas son objetos cotidianos, fácilmente accesibles y, sobre todo, económicos. A diferencia de las soluciones de aislamiento acústico más sofisticadas y caras, las pelotas de ping-pong ofrecen una alternativa sencilla, reciclable y efectiva.
Un diseño sonoramente innovador
¿Cómo lo lograron? Inspirándose en los resonadores de Helmholtz, dispositivos que atrapan sonidos en su frecuencia natural. Imagina soplar en una botella vacía: ese sonido que se produce es gracias a este principio. Los investigadores experimentaron combinando estos resonadores y añadiendo pelotas de ping-pong con pequeños agujeros, multiplicando las frecuencias de resonancia y mejorando la capacidad de absorción de sonidos del dispositivo.
Un dispositivo con muchas posibilidades
Además de absorber el sonido, esta solución acústica tiene otras aplicaciones: puede reflejar sonidos de maneras no convencionales, focalizarlos e incluso manipular su transmisión. El equipo continúa trabajando para perfeccionar la tecnología y facilitar su uso práctico.
Un poco de historia: El resonador de Helmholtz
Si te estás preguntando qué es este principio, retrocedamos un poco. En la década de 1850, Hermann von Helmholtz creó un dispositivo para determinar tonos. El sonido que produce, por ejemplo, una botella vacía cuando se sopla en ella es una manifestación de este principio, que ha encontrado aplicaciones en áreas tan diversas como automóviles, música y construcción.
Vía aip.org
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