Actualizado: 10/09/2021
Los investigadores afirman que las cabezas, espinas, pieles y vísceras de pescado que acaban en la basura pueden convertirse en un material útil que podría sustituir al poliuretano derivado del petróleo, que se encuentran en casi todas partes: en zapatos, ropa, frigoríficos o materiales de construcción. El poliuretano es un tipo de plástico fabricado normalmente a partir de petróleo crudo no renovable, cuya síntesis es tóxica y que tarda siglos en descomponerse cuando se desecha.
Un equipo de investigación dirigido por la profesora Francesca Kerton, catedrática de química de la Universidad Memorial de Terranova (Canadá), ha creado un material biodegradable similar al poliuretano utilizando residuos de pescado que, de otro modo, probablemente no tendrían otro uso. Si se consigue, el poliuretano a base de aceite de pescado podría ayudar a la inmensa necesidad de plásticos más sostenibles.
El equipo comenzó con el aceite extraído de los restos de salmón del Atlántico tras la preparación del pescado para su venta a los consumidores. Primero añadieron oxígeno al aceite insaturado de forma controlada para formar epóxidos, moléculas similares a las de la resina epoxi. Tras hacer reaccionar estos epóxidos con dióxido de carbono, unen las moléculas resultantes con aminas que contienen nitrógeno para formar el nuevo material.
El equipo señala que el nuevo poliuretano, más respetuoso con el medio ambiente, no huele a pescado. El equipo también ha examinado la facilidad con la que el nuevo material se descompondría una vez terminada su vida útil. Sumergieron trozos de nuevo plástico biodegradable en el agua y, para acelerar la degradación de algunos trozos, añadieron lipasa, una enzima capaz de descomponer grasas como las del aceite de pescado. Incluso cuando se empapó en agua corriente, el plástico empezó a mostrar rápidamente signos de crecimiento microbiano en todas las muestras, lo que debería conducir a la degradación.
Algunas de las primeras pruebas sugieren que los aminoácidos naturales disponibles, como la histidina y la asparagina, podrían sustituir a la amina que utilizaron anteriormente, derivada de las cáscaras de los anacardos.
Me parece interesante que podamos hacer algo útil, algo que incluso podría cambiar la forma de fabricar plásticos, a partir de la basura que la gente simplemente tira.
Mikhailey Wheeler, estudiante de posgrado.
Los investigadores presentarán sus resultados en la reunión de primavera de la Sociedad Química Americana (ACS).
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