Actualizado: 07/06/2024
Las abejas desempeñan un papel fundamental en nuestro ecosistema, especialmente por su inestimable labor de polinización.
Más del 75% de los alimentos que consumimos cada día dependen de su polinización diaria. Manzanas, peras, castañas, cítricos, cerezas, albaricoques, sandías, ciruelas, melones, almendras, calabacines, zanahorias, coles, cebollas y ajos son algunos de los alimentos que no existirían sin las abejas. Pero eso no es todo. Hay cultivos que no dependen exclusivamente de las abejas para la polinización, pero cuando estos insectos llevan el polen de flor en flor, producen una cosecha más abundante. Al volar de flor en flor en busca de néctar, las abejas y otros insectos polinizadores se convierten en agentes de la biodiversidad. ¿Qué significa esto? Al recoger el néctar, estos insectos se «ensucian» literalmente de polen, que transportan a otras flores, lo que permite a las plantas fecundarse y reproducirse mediante la formación de nuevas semillas.
Las abejas también son muy valiosas para el medio ambiente en general. Casi el 90% de las especies de plantas silvestres y espontáneas dependen de la acción polinizadora de las abejas para su reproducción y propagación, un rol que se ha vuelto aún más central debido a la desaparición gradual de otros polinizadores silvestres. Teniendo en cuenta que en el mundo hay unas 350.000 plantas silvestres y unas 200 cultivadas, es fácil comprender la importancia del impacto de estos diminutos insectos para nuestro planeta, la biodiversidad y la conservación de los ecosistemas.
Sin embargo, ¿qué es la biodiversidad? Podemos definir la biodiversidad como la riqueza de la vida en la Tierra: plantas, animales, microorganismos, hongos, agentes bióticos… Básicamente, toda la variedad de vida que caracteriza a nuestro planeta. La preservación de la biodiversidad y la regulación de los ecosistemas dependen del trabajo que las abejas, como los polinizadores en general, realizan cada día. Pensar en un mundo sin abejas requiere mucha imaginación, pero ninguno de los escenarios que se plantean es tranquilizador.
Se habla seguido del peligro por la desaparición de las abejas. Pero ¿es la situación realmente tan alarmante? Los datos que se desprenden de numerosos estudios nos dicen precisamente eso, llegando a hablar de un verdadero «apocalipsis de los insectos». El ritmo al que están desapareciendo es impresionante. Con esta tendencia, el 40% de las especies de insectos podría extinguirse en pocas décadas.
Además de la polución ambiental, las abejas se enfrentan a otros problemas. El cambio climático, el agotamiento de los hábitats naturales, las enfermedades, los parásitos y el mal uso de los medicamentos agrícolas representan una amenaza constante y creciente para la supervivencia y el bienestar de las abejas. Muchas especies de abejas silvestres y solitarias ya están en peligro de extinción, pero incluso las abejas melíferas más comunes no están bien. Sólo gracias a los apicultores la situación no es catastrófica. El apicultor, al cuidar las colmenas, no sólo produce miel, sino que también vigila su salud y su supervivencia.
3Bee, una empresa italiana, ha decidido hacer algo para las abejas y para los apicultores que las cuidan. El startup ha desarrollado un sistema de monitoreo a distancia de las colmenas. Este dispositivo IoT consta de sensores biomiméticos que se instalan en el interior de la colmena para controlar los principales parámetros biológicos: peso, temperatura, humedad e intensidad del sonido.
Con los dispositivos 3Bee, los apicultores pueden basar su trabajo diario en los datos que recogen de sus colmenas. De este modo, pueden identificar las anomalías y los problemas en una fase precoz y sólo intervenir de forma puntual para ayudar a sus abejas cuando sea necesario, limitando así su mortalidad y preservando su salud.
Al mismo tiempo, la empresa ha ofrecido la oportunidad a todos de ayudarlas. Eligiendo a las abejas 3Bee, se puede seguir el desarrollo y el crecimiento de las abejas directamente desde el móvil y seguir las abejas paso a paso durante la temporada de producción, cuando la familia crece al máximo, y cuando se preparan para el invierno con el cuidado del apicultor. Además del monitoreo, se puede saborear la miel producida por «tus» abejas, eligiendo entre las tipologías producidas por el apicultor en cada zona. Al final de la temporada apícola la miel se entrega directamente en casa, y así se puede disfrutar de un alimento artesanal que es una clara expresión del territorio.
“Elige a las abejas 3Bee” es una herramienta útil para acercar a la gente al mundo de la apicultura: gracias a las fotos y vídeos producidos por los propios apicultores, se pueden aprender muchos datos interesantes sobre las abejas, el sistema de colmena y la propia apicultura. Para los apicultores, en cambio, es una forma de dar a conocer su negocio, ya sea grande o pequeño, a un mercado cada vez más amplio y de sacar el máximo partido a su miel, llegando directamente al consumidor final.
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