Actualizado: 05/07/2024
Situada en el desierto israelí del Néguev, se espera que la fábrica de almacenamiento de energía térmica alcance su plena capacidad a finales de 2023.
La empresa israelí Brenmiller Energy ha anunciado la apertura de una «gigafactoría» para fabricar sus sistemas de almacenamiento térmico de energía, que almacenan la electricidad en forma de calor y suministran a los usuarios la energía que necesitan mediante vapor. La empresa cree que es la primera fábrica del mundo de este tipo.
El almacenamiento de energía térmica, fiel a su nombre, almacena la energía en forma de calor, una función crucial en la transición de la sociedad a fuentes renovables como la solar y la eólica, que ya son económicamente viables pero, por desgracia, tan variables como el tiempo y las estaciones.
Brenmiller aspira a que las nuevas instalaciones se conviertan en su principal centro de producción y prevé alcanzar su plena capacidad a finales de 2023.
El sistema de almacenamiento de energía térmica de Brenmiller, llamado bGEN, puede cargarse de varias formas: solar, eólica, de la red cuando hay exceso de suministro, de gases de escape industriales y de otras fuentes diversas de calor o electricidad.
Esa energía se almacena en el medio de almacenamiento del bGEN, rocas trituradas del desierto, que puede almacenar la energía de forma muy eficiente en forma de calor extremadamente alto, alcanzando temperaturas de hasta 750ºC. El agua que circula por el sistema se calienta con esta energía y se convierte en vapor, al que se puede acceder cuando se necesite.
Se espera que la gigafactoría, situada en la ciudad desértica de Dimona, en el Néguev, genere hasta 4 gigavatios hora de unidades bGEN cuando alcance su plena capacidad, lo que bastaría para abastecer potencialmente a 3 millones de hogares.
Brenmiller aspira a que las nuevas instalaciones se conviertan en su principal centro de producción y prevé alcanzar la plena capacidad a finales de 2023.
¿Para qué sirve una gigantesca fábrica de baterías térmicas?
4 GWh. Esta es la capacidad de producción anual que Brenmiller espera alcanzar a finales de 2023 con su gigafactoría. Este nuevo tipo de fábrica permitirá fabricar sistemas de almacenamiento térmico (TES) a partir de roca triturada. Financiada con 7,5 millones de euros de la Unión Europea, la planta es un importante activo estratégico para Europa, según Thomas Östros, Vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI) responsable de energía.
BGen es un sistema que almacena energía en forma de calor para suministrarla más tarde. Funciona según el siguiente principio: la roca volcánica triturada se calienta hasta 750ºC. Este calor almacenado se utiliza después para calentar agua, que se transforma en vapor.
Brenmiller propone varias soluciones para garantizar este aumento de temperatura. La primera consiste en utilizar resistencias eléctricas alimentadas por la red tradicional o directamente por medios de producción como paneles fotovoltaicos o turbinas eólicas. La segunda solución consiste en utilizar métodos de producción directa de calor como la biomasa o el gas fósil, mucho menos respetuoso con el clima. Por último, siguiendo el ejemplo de la solución técnica propuesta por la empresa francesa Ecotech Ceram, el bGEN puede alimentarse con el calor de los humos de chimeneas industriales.
Para recuperar este calor, se hace circular agua a través de las rocas, cuya temperatura aumenta progresivamente hasta convertirse en vapor. A continuación, este vapor puede utilizarse directamente para aplicaciones industriales, utilizarse para crear aire caliente o simplemente para generar electricidad mediante turbinas accionadas por el vapor.
Según Brenmiller, la bGen requiere poco mantenimiento y se espera que tenga una vida útil de más de 30 años. La capacidad de almacenamiento del equipo, que oscila entre 1 MWh y 1.000 MWh, puede adaptarse a las necesidades del cliente. Este prometedor sistema de almacenamiento de energía térmica podría ser una baza para la transición a una energía con bajas emisiones de carbono. En concreto, podría compensar el carácter intermitente de muchas energías verdes, como la solar y la eólica.
Muchos emplazamientos ya equipados en todo el mundo.
Ya se han puesto en marcha varias centrales bGen. Por ejemplo, hay una instalación de 1 MWh en la fábrica de Fortlev, en Brasil. Con este nuevo equipo, la empresa, que fabrica depósitos de agua de plástico, pudo pasar del gas fósil a la biomasa para su producción de aire caliente.
Más recientemente, se equipó una central eléctrica en Toscana. Los 24 MWh de bGEN permiten a la central reducir sus tiempos de arranque y acelerar los cambios de carga. Por último, hace poco supimos que Philip Morris también iba a invertir 9 millones de dólares para equipar su fábrica de Rumanía con un sistema de almacenamiento térmico. El equipo, con una capacidad de 31,5 MWh, permitirá a la fábrica reducir su dependencia del gas y, por tanto, su producción de CO2.
Vía bren-energy.com
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