Actualizado: 06/08/2022
Desde hace miles de años, el sésamo se usa para preparar muchos de los medicamentos destinados a la reconstitución de las células. En la China o en la India se le considera como el alimento-medicamento más notable.
El sésamo es muy rico en lecitina, más aún que la soja, que algunos consideran como el vegetal más rico en esta sustancia. La lecitina es una grasa fosforada que contiene nitrógeno y tiene la propiedad de ayudar a la elaboración de hormonas sexuales. Es por ello, un factor de juventud y un alimento excelente para los nervios y el cerebro.
El cerebro normalmente constituido contiene un 28% de lecitina. Numerosas personas registran carencia de esta sustancia. Todos quienes tienen dificultades de memoria o han de efectuar grandes esfuerzos mentales se beneficiarán consumiendo diariamente sésamo. Asimismo, quienes sufren depresión nerviosa, simpatocotonía y vagotonía.
Al ser muy rico en lecitina y ácidos grasos poliinsaturados, el sésamo contribuye de manera decisiva a favorecer la digestión de las grasas y a evitar la acumulación del colesterol en las arterias. Por lo tanto, es un factor importante contra la arteriosclerosis y la acumulación de cuerpos grasos en el organismo.
Hay que señalar, además, la vitamina F, la vitamina E (de la fecundación), la vitamina B (antineurítica) y los minerales tales como calcio, hierro, magnesio, sílice, cromo, cobre, etc., contenidos en el sésamo, que hacen de él un alimento de protección y revitalización.
En las proteínas de este grano oleaginoso (20% de su peso) se encuentran unos 15 aminoácidos.
Es asimismo muy recomendable para los bebés, a razón de una cucharadita (en forma de puré), mezclada en la papilla o en el biberón. Los bebés se benefician particularmente de las blobulinas de esta semilla, rica en ácido glutámico, que favorece la formación de anticuerpos. Por otra parte, sus aminoácidos, portadores de azufre, como la lisina, favorecen el crecimiento regular del recién nacido.
Forma de tomarlo: Para su máxima efectividad, se recomienda tomarlo crudo, añadido a purés, sopas, papillas, mezclado con miel, aliñando ensaladas, etc. Hay que tener en cuenta que los fosfolípidos que contiene la semilla de sésamo, se destruyen a partir de los 60ºC.
Propiedades terapéuticos del sésamo.
En síntesis podemos concluir que se trata de un alimento de gran calidad, alcalinizante de la sangre, energético, mineralizante, reconstituyente muscular y nervioso, potenciador de la memoria y las facultades intelectuales, protector circulatorio y laxante. Indicado en estados carenciales como osteoporosis, debilidad ósea, pérdida del cabello, caries, encogimiento de las encías y debilidad pulmonar.
El sésamo es útil frente a problemas nerviosos: agotamiento, estrés, pérdida de memoria, depresión, irritabilidad, insomnio. Es un excelente complemento nutritivo para personas sometidas a gran actividad mental o intelectual. También ayuda a soportar exigencias físicas: prácticas deportivas, embarazo, lactancia o períodos de convalecencia. Como sumatoria de estas virtudes se explican sus tradicionalmente reconocidas características afrodisíacas, pues ayuda a mantener la capacidad sexual.
Otro campo terapéutico del este magnífico complemento nutritivo es el de los problemas circulatorios. Su capacidad de disminuir el colesterol en sangre lo hace indicado en arteriosclerosis, prevención de infarto de miocardio y de trombosis arterial. También es útil en casos de hemorroides e irregularidades menstruales (amenorrea y dismenorrea). En otro orden, los yoguis hindúes recomiendan una ingesta diaria de 25 gramos a fin de generar tejidos sutiles en el organismo.
Usos y aplicaciones del sésamo.
Hay muchas maneras de consumir las versátiles semillas de sésamo. Además de aprovechar sus magníficas propiedades, se puede disfrutar de su exquisito sabor, tanto en preparaciones saladas como dulces. Si bien lo ideal es ingerir las semillas crudas, es muy difícil extraer su riqueza interna, pues se requeriría una excelente y meticulosa masticación. Por ello, es tan recomendado el popularGomasio (que significa “sal de sésamo”), de amplia difusión en Oriente para condimentar cereales y verduras. Se realiza con un ligero tostado de las semillas, las cuales luego se muelen y se mezclan con sal marina. El gomasio ayuda a reducir el uso de sodio, sin sacrificar el sabor. Incluso la versión sin sal (preferida por hipertensos) puede ser utilizada en platos dulces, pues combina muy bien en postres y desayunos. También el sésamo molido puede combinar con otras semillas; es el caso del preparado Multisemilla, donde está mezclado con girasol y lino; o el Queso Rallado Vegetal, donde además se agrega: germen de trigo, levadura de cerveza y algas en polvo.
Otra antigua forma de consumir el sésamo, es a través de pastas que se forman con las semillas molidas. Si se mezclan con agua, obtenemos el Tahin; si se mezclan con melaza de arroz, se logra el Halva, exquisita pasta dulce y energético, ideal para niños y adolescentes. En ambos casos el resultado es un excelente concentrado de energía y vitalidad, que puede consumirse untado o combinado con otros alimentos (con pasta de garbanzos se obtiene el popular hummus). En el caso del Tahin, también llamado mantequilla de sésamo, estamos en presencia de un excelente y ventajoso sustituto de lácteos. No solo reemplaza a la mantequilla o a la crema, sino que diluido permite obtener rápidamente una exquisita leche de sésamo. También es conocido el uso del sésamo adicionado a productos de panificación: tartas, panes, bizcochos, tortas y pastelería.
Menos difundido es el uso del aceite de sésamo. Es un aceite de gran calidad y sobre todo de gran estabilidad. Esto se debe a su contenido en compuestos antioxidantes, que le garantizan una larga vida e impiden que se enrancien, tanto el aceite como los alimentos preparados con él (panes, galletas, etc). Lo importante es que se trate de aceite de primera presión en frío y sin proceso alguno de refinación; esto lo hace de precio algo elevado para el consumo cotidiano y ello conspira contra su masificación. Obtenido de semillas sin tostar (los comedores orientales suelen usar la versión más aromática, realizada a partir de semillas tostadas), también es un excelente aceite para masajes, cosmética (previene la formación de arrugas y se usa como protector solar) y terapia (regenera estrías post embarazo).
Recetas imperdibles con sésamo.
Mantequilla de sésamo (Tahin).
Lavar y remojar ½ kilo de sésamo blanco en agua tibia por 3hs. Colar y reservar el agua. Procesar adicionando el agua del remojo y sal rosada líquida hasta obtener una pasta consistente. Envasar en frasco de vidrio y guardar siempre en heladera.
Leche de sésamo.
Moler ¼ taza de sésamo blanco en un molinillo. Agregar ½ litro de agua y licuar bien ambos ingredientes. Dejar macerar unas 3 horas, luego filtrar y endulzar con melaza. Otro sistema consiste en mezclar en la batidora una taza de tahin con dos tazas de agua.
Salsa blanca sin lácteos ni harinas.
Colocar el tahin en un jarro. Agregar agua caliente y revolver hasta lograr la consistencia de “salsa blanca”. Condimentar con nuez moscada y sal marina.
Recuerda consultar con tu médico antes de comenzar cualquier tratamiento natural.
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