Actualizado: 31/03/2023
La diferencia entre la huella de carbono de los productos comprados online o en una tienda tradicional es lo llamado «la última milla», es decir, las vías y los medios por los que los productos llegan a nuestras casas o los que usamos para comprar. Así se desprende de las conclusiones de una investigación financiada por el programa europeo Horizonte 2020.
Las compras online cada día crecen, las tiendas online tienen precios con los que las tiendas tradicionales no pueden competir, ¿donde compraste tu último teléfono móvil?. En este sector las ofertas móviles son imbatibles. En la decisión de compra tambien entran en juego otros factores, como el tiempo, la calidad y la comodidad.
Pero también encontramos los consumidores que prestan especial atención a su huella de carbono: las emisiones de gases de efecto invernadero que se emite en el ciclo de vida de un producto.
En el estudio, en el que participaron varias universidades europeas, comparó la huella de carbono relacionada con los bienes y productos adquiridos en tiendas físicas tradicionales y la de los pedidos realizados online, para saber qué opción es mejor para el medio ambiente.
Independientemente de si se compran online o en una tienda de barrio, los bienes de consumo suelen hacer un largo viaje antes de llegar a las manos de los compradores. La mayoría de los artículos deben viajar desde la fábrica hasta el almacén del fabricante, pasando por un centro de distribución o una tienda física, y cada etapa del viaje requiere una cierta cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero.
Usando un enfoque probabilístico, modelaron el viaje desde que los productos salen de la fábrica hasta que llegan a la puerta del consumidor.
Para simplificar al máximo el modelo, los investigadores se centraron en los denominados bienes de consumo rápido, una categoría que incluye los alimentos (excluyendo los congelados o ultracongelados, cuyos métodos de almacenamiento contribuyen aún más a las emisiones), los productos de limpieza y de cuidado personal, pero no la ropa ni la electrónica, aunque exista la tecnología sostenible, a través de 3 canales de venta predominantes en el Reino Unido:
- Tiendas minoristas (Bricks & Mortar);
- Pedido online seguido de la entrega a domicilio directamente en una tienda física (Bricks & Clicks);
- Pedidos online con entrega de pedidos a través de una empresa de paquetería (Pure Play).
Del análisis de estos métodos de compra e desprende que los realizados en las tiendas minoristas locales tienden a ser más respetuosos con el medio ambiente que los de los minoristas online, ya que la gente que va a una tienda suele comprar más de un producto, pero «la última milla o la última parte del viaje» es lo que marca la mayor diferencia.
Pero tampoco nos podemos olvidar de los comercios, como tu.com, que proponen a sus clientes compensar la huella de carbono de forma gratuita de los productos que compren, invirtiendo en proyectos sostenibles de conservación, reforestación o agricultura. Una opción que puede marcar la diferencia.
La gran variedad de opciones de los consumidores no suele tenerse en cuenta cuando se trata de las repercusiones medioambientales de las compras tradicionales y del comercio electrónico. Al calcular la huella de carbono de la «última milla» en 4 países (Reino Unido, EE.UU., Países Bajos y China), se descubrió que la huella total de gases de efecto invernadero por artículo comprado en tiendas locales era un 63% mayor que la del artículo entregado a domicilio desde la tienda y un 81% menor que la del artículo entregado a domicilio por una empresa de transporte.
Sin embargo, el número de artículos comprados en cada viaje, la distancia recorrida en ese viaje y el método de transporte usado tuvieron un gran impacto en el volumen total de emisiones. Por ejemplo, agrupar varios artículos en un solo pedido reduce la huella de carbono de los compradores porque requiere menos viajes a la tienda o entregas de paquetes, y en los Países Bajos y China, donde muchos compradores van a pie o en bicicleta a las tiendas, se ha comprobado que comprar en las tiendas locales es mucho más ecológico que en los Estados Unidos, donde el uso del coche para comprar es más frecuente.
El informe «The first and last mile-the key to sustainable urban transport» de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) destacaba que los viajes cortos son la clave de la sostenibilidad de los desplazamientos diarios que se realizan.
Según los investigadores, los que compran en tiendas locales podrían reducir su huella en un 40% si van a pie o en bicicleta a las tiendas.
Del mismo modo, la sustitución de las furgonetas de reparto de mercancías por vehículos eléctricos, podría reducir la huella del transporte de última milla en un 42% y la huella total en un 26% sólo en el Reino Unido.
Las conclusiones son claras a la vez que complejas, no hay un sólo factor que influya en la elección del canal más sostenible para realizar tus compras, sino fórmulas para construir el modo menos contaminante posible.
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