Cada año se producen 269 millones de toneladas de plástico. Están por todas partes: tierra, aire y mar. Muchos de esos plásticos acaban, si no se reciclan o eliminan adecuadamente, siendo microplásticos.
Solo el 9% del plástico que se consume se recicla a nivel mundial, por lo que el hábito de reciclaje no se sigue en masa y este material acaba invadiendo el medio ambiente.
De ahí, emergen los microplásticos, que son unas partículas lanzadas al medio ambiente de forma intencionada o impremeditada.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) acota a cinco milímetros las dimensiones de este material.
Tipos de microplásticos.
Primarios y secundarios.
La procedencia de estos pequeños elementos perjudiciales para la salud se sitúa en varias partes, dando lugar a dos categorías.
Los primarios se producen por actividades cotidianas y esenciales, como el lavado de la ropa, el roce de los neumáticos en la carretera, pisar sobre césped artificial, etc.
Por todas estas actividades inconscientes se producen casi un 30% de los microplásticos que consumen los humanos, animales o que se quedan en el entorno.
Por otro lado, los microplásticos secundarios se originan por la degradación de objetos de plásticos, como bolsas, envases, utensilios de higiene como bastoncillos, cuchillas desechables o incluso se encuentran en la pasta de dientes.
La ONU declaró en 2017 que hay hasta 51.000 millones de microplásticos en el mar, ingeridos por especies marinas y que terminan en el cuerpo del ser humano (para aquellos que consuman pescado).
No solo están presentes en animales marinos, terrestres y aves sino también hasta en el agua del grifo.
Investigadores de la universidad de Nueva York descubrieron que la sal de mar contiene microplasticos. El principal responsable es la contaminación plástica marina generalizada.
¿Qué daños producen los microplásticos?
La comunidad científica está determinando qué consecuencias derivará el consumo habitual de estas partículas para la salud humana.
La ONU aconseja no usar plástico de un sólo uso, como los tradicionales productos de higiene o los utensilios básicos; deberíamos remplazarlos por objetos hechos de otros materiales no contaminantes.
La distribución y la abundancia de microplásticos en el mundo son tan amplias que muchos científicos los usan como indicadores clave de la época reciente y contemporánea que definen una nueva época histórica: El Plástico.
Sin embargo, las implicaciones de los microplásticos aún no se conocen a fondo. La comprensión de su impacto es muy compleja debido a las diferentes propiedades físico-químicas que hacen de los microplásticos unos estresores multifacéticos.
Si, por un lado, los microplásticos transportan sustancias químicas tóxicas en los ecosistemas, sirviendo así de vectores de transporte, son ellos mismos, por otro lado, un cóctel de sustancias químicas peligrosas que se añaden voluntariamente durante su producción como aditivos para aumentar las propiedades de los polímeros y prolongar su vida útil.
Contaminación de microplásticos.
Hasta la fecha, existe un considerable desconocimiento sobre los principales aditivos peligrosos que se utilizan en la industria del plástico, sobre su destino una vez que los microplásticos se desechan en el medio ambiente y sobre sus consiguientes efectos en la salud humana cuando se asocian a los micro y nanoplásticos.
Este estudio hizo hincapié en las sustancias químicas más tóxicas y peligrosas que contienen todos los productos de plástico para describir los efectos y las implicaciones de estas sustancias químicas peligrosas en la salud humana, proporcionando una visión detallada de los estudios que han investigado su abundancia en los microplásticos.
En sus conclusiones indican que la ingesta de microplásticos por parte de los seres humanos es ya bastante evidente. El punto de entrada puede ser por ingestión (a través de alimentos contaminados o por transferencia trófica), por inhalación o por contacto con la piel. Incluso ya se han detectado microplásticos en muestras de heces humanas por primera vez.
Tras la ingesta de microplásticos en el cuerpo humano, su destino y sus efectos siguen siendo controvertidos y no se conocen bien. Sólo los microplásticos de menos de 20 µm deberían ser capaces de penetrar en los órganos. Los de un tamaño aproximado de 10 µm deberían ser capaces de acceder a todos los órganos, atravesar las membranas celulares, cruzar la barrera hematoencefálica y entrar en la placenta, suponiendo que sea posible una distribución de las partículas en los tejidos secundarios, como el hígado, los músculos y el cerebro.
No se dispone de suficiente información para comprender plenamente las implicaciones de los microplásticos para la salud humana.
Sin embargo, los efectos pueden deberse potencialmente a sus propiedades físicas (tamaño, forma y longitud), químicas (presencia de aditivos y tipo de polímero), a su concentración o al crecimiento de biopelículas microbianas.
No se sabe muy bien cómo se adsorben/desorben las sustancias químicas tóxicas en los microplástico. Entre los mecanismos plausibles se encuentran las interacciones hidrofóbicas, las variaciones de pH, el envejecimiento de las partículas y la composición de los polímeros.
Además, no hay suficientes estudios que expliquen plenamente las fuentes primarias de contaminantes presentes en los microplásticos y si su origen es extrínseco del espacio ambiental circundante, intrínseco del propio plástico o, más probablemente, de una combinación de ambos y de un proceso continuo y dinámico de absorción y desorción que está relacionado con la difusión de las partículas en el medio ambiente y con su consiguiente exposición a la intemperie.
En una investigación que se llevó a cabo en la Universidad Estatal de Florida (FSU) se descubrió que los microplásticos alteran la forma de las células pulmonares humanas y las desagregan.
Recomendaciones para huir del consumo de microplásticos.
Estas cantidades de elementos de plásticos se han convertido en un problema global que afecta en varios aspectos: no solo el medioambiental, sino en el social, económico y sanitario.
Algunos países, como Reino Unido, ya han empezado a legislar en este sentido y por ejemplo prohíben los microplásticos en los cosméticos.
Aunque se están desarrollando sistemas para intentar filtrar estos microplásticos, hoy día no son nada efectivos dada las cantidades acumuladas y las que se generan a diario.
Reducir lo más posible el uso de plástico, sobre todo de un sólo uso, y reciclarlo correctamente, es algo que todos podemos hacer en nuestro día a día.
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