Actualizado: 03/03/2023
La idea de dar una segunda vida a las baterías de los coches eléctricos va calando y ahora se abre camino en Japón. Allí, la fabricante de automóviles Toyota y la eléctrica Chubu Electric Power han sellado un acuerdo para aprovechar estos equipos para crear un sistema de almacenamiento de gran capacidad. Tanta, que si todo marcha según lo previsto se espera que de aquí a 2020 esta iniciativa alcance los 10.000 kW de capacidad de generación energética.
Estabilizar la red eléctrica, todo un desafío presente y futuro, es uno de los principales objetivos tras este proyecto que ve mucho potencial en las baterías que llegan al fin de su vida útil para la automoción. “Combinadas en grandes cantidades, las baterías usadas pueden aprovecharse incluso aunque sus niveles de rendimiento sean muy bajos”. Es lo que asegura Chubu en un comunicado oficial con el que se ha anunciado el acuerdo entre las dos firmas japonesas.
Para la eléctrica, que la iniciativa llegue a buen puerto es clave en un momento en el que los retos para operar con éxito el sistema eléctrico no son pocos. Algunos de los más destacados, como los desajustes entre la demanda y la oferta de energía, así como la gestión óptima ante permanentes variaciones de frecuencia y de voltaje, podrían paliarse de fructificar este sistema.
De ahí la alianza, que pretende también profundizar en el reciclaje de baterías utilizadas. Sobre este aspecto, Toyota y Chubu han anunciado que están considerando implantar un mecanismo de reciclado que permita recolectar, para su reutilización, distintos materiales. Aunque los detalles aún son pocos, una posibilidad que no se escapa es la de garantizar que los metales raros que contienen los sistemas de almacenamiento no se desaprovechan.
En cuanto al sistema de almacenamiento de energía, este se llevará a cabo con baterías que no puedan seguir alimentando a los vehículos fabricados por Toyota. Para la etapa inicial, está previsto que el proyecto arranque con baterías NiHM, muy extendidas en la actualidad, sobre todo en vehículos híbridos. Para 2030, puesto que este es un proyecto de largo plazo, se prevé dar un paso más e incorporar las baterías de ion de litio de los coches eléctricos y de los híbridos enchufables (PHEV).
Sin embargo, para eso queda. Y es que, durante 2018, la iniciativa nipona se va a centrar en la verificación del sistema de almacenamiento de energía para, en función de los resultados, ir dando pasos. Entre las metas más próximas, la de llegar a los 10.000 kW (el equivalente a otras tantas baterías) en 2020. Con eso, conforme se avance en esta iniciativa, no solo se esperan mejoras en la gestión de las redes, sino que Chubu y Toyota prevén que su trabajo impacte en positivo en la operación de las plantas térmicas.
La apuesta por la extensión de la vida de las baterías de los coches eléctricos no es exclusiva de Toyota. Otro ejemplo en la industria procede de Renault. La fabricante francesa anunció meses atrás su intención de reutilizar los sistemas usados en sus vehículos para el almacenamiento doméstico de energía. Con ello, las baterías sumarían a los entre 8 y 10 años de vida útil en los automóviles, otra década al servicio del almacenaje de los excedentes de energía limpia captada en el hogar.
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