Actualizado: 11/06/2022
El té de jazmín es una infusión aromática que encierra historia y misterio. Se cree que fue creada durante la dinastía Song en China, alrededor del año 1000. El nombre de la planta proviene del persa “yasmin”, que significa «fragancia», y es que en definitiva esta enigmática flor tiene uno de los aromas más dulces del planeta. Los verdaderos jazmines son blancos y los hay para todos los gustos, trepadores y arbustos, los que pierden las hojas en invierno y los que no, los comunes y los exquisitos.
El té de jazmín es la representación del elixir de la vida, con propiedades naturales impresionantes perfumado con el delicioso aroma dulce de la flor de jazmín. Por eso, incluir el consumo de este té en nuestra alimentación balanceada puede contribuir a mejorar nuestro bienestar.
Propiedades del té de jazmín
Como se mencionó antes, las propiedades de la planta de jazmín son diversas. En la India, el jazmín es uno de los principales ingredientes en los brebajes herbales y de la medicina ayurvédica. Tiene alto contenido en antioxidantes y epicatequinas, que le confiere propiedades sedantes, calmantes, diuréticas, digestivas, antiespasmódicas, antisépticas e incluso analgésicas.
Dentro de los principios químicos activos de los pétalos de las flores de jazmín se encuentra el benzoato de bencilo. Numerosos estudios han demostrado la eficacia de este compuesto en el tratamiento de la sarna, la pediculosis y las ladillas.
El té de jazmín también contiene fitol, sustancia involucrada en la síntesis de vitaminas E y K, así como linalool, jasmonato de metilo e isofitol, a las cuáles se tiene acceso extrayendo el aceite esencial de esta planta.
¿Cuáles son los beneficios del té de jazmín?
Es importante tener claro que el té de jazmín se trata de una amena mezcla de flores de jazmín y té verdadero traído desde china. Usualmente, la base suele ser té verde o té negro, lo que resulta en un brebaje de propiedades combinadas extremadamente beneficiosas:
- Potente anti-estrés: el efecto calmante que posee el té verde, combinado con el dulce aroma del jazmín, produce un efecto positivo en la actividad nerviosa autónoma involucrada en los estados de ánimo. No se debe olvidar que la estimulación del gusto con un ligero sabor como el del jazmín puede llevar a la secreción de hormonas de la felicidad e inducir un estado de relajación.
- Controla los niveles de colesterol: el colesterol es una molécula importantísima para la formación de la membrana celular, pero puede acumularse en los tejidos y en el plasma sanguíneo. El té de jazmín favorece la reducción en la acumulación descontrolada de este compuesto y disminuye la formación de colesterol malo, pues tiene alto contenido en polifenoles.
- Fortalece el sistema inmune: el alto contenido de antioxidantes de este té tienen un rol en sus propiedades benéficas, estos compuestos ayudan a fortalecer el sistema inmunitario, disminuyendo la probabilidad de contraer gripes y resfriados. Investigaciones han demostrado que un consumo moderado de esta infusión puede reducir el riesgo de padecer EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica).
- Excelente regulador del peso: aunque bajar de peso no se debe enteramente a la acción de un brebaje o de una píldora mágica, investigaciones científicas han concluido que la oxidación de las grasas diarias aumenta significativamente en presencia de moléculas como la catequina y la cafeína, ambas presentes en el té de jazmín.
- Promueve el desarrollo de bacterias beneficiosas: un efecto más que todo generado por el té verde que se cree actúa como prebiótico, proliferando la población de bacterias beneficiosas que residen en el colon, tales como Bifidobacterium. El consumo frecuente de esta bebida te ayudará a proteger la microbiota intestinal y, por ende, evitar trastornos intestinales.
Para experimentar los efectos de esta bebida, debemos consumir máximo dos tazas de infusión al día. Siempre es recomendable descansar un periodo de tiempo y volver a consumir, recordemos que consumir en exceso cualquier hierba o té puede tener reacciones adversas.
¿Qué se puede hacer con el té de jazmín?
Podemos consumir el té de jazmín frío con cubos de hielo y convertirlo en una bebida refrescante o, por el contrario, podemos tomarlo caliente con limón o leche, entera o vegetal.
A pesar de que el té de jazmín con el té verde es el más consumido y conocido, también podemos disfrutar de:
- Té negro con jazmín: disfrutarás de una buena dosis de cafeína endulzada naturalmente.
- Té blanco con jazmín: si tu paladar es sensible, esta es la combinación perfecta, ya que se trata de un té sumamente suave y delicado, sin rastro alguno de astringencia.
- Té oolong y jazmín: el famoso té azul aromatizado con jazmín para degustar un cóctel floral sin igual.
- Té rooibos y jazmín: esta infusión tiene poco o cero contenido de cafeína, lo que la hace ideal para niños.
Fuera del uso gastronómico de esta infusión, también se ha implementado en la cosmética y en la belleza. Se ha usado en mascarillas que tienen como objetivo preservar la tensión y elasticidad de la piel, así como prevenir la aparición de arrugas y líneas de expresión.
También se ha empleado en tónicos capilares, ejerciendo un efecto sobre el brillo y la fuerza del cabello, reduciendo la pérdida del mismo y generando como resultado un cabello sedoso, brillante y fuerte.
Recuerda consultar con tu médico antes de comenzar cualquier tratamiento con plantas medicinales.
Ignolia dice
Excelente artículo.
Elena dice
Muy bueno para relajar