El huracán Milton ha pasado a la historia como una de las tormentas más poderosas jamás registradas en el Atlántico, generando incluso tornados a lo largo del estado de Florida. Con al menos 23 víctimas mortales y daños estimados en 50.000 millones de dólares estadounidenses, la devastación ha sido inmensa, afectando gravemente la infraestructura.
Entre los sectores más afectados se encuentra el de la energía. Millones de personas quedaron sin electricidad, y algunas todavía esperan ser reconectadas a la red eléctrica más de una semana después del paso del huracán. Aunque la tormenta fue más débil de lo anticipado, gran parte de la destrucción provino de los múltiples tornados que surgieron, uno de los cuales devastó un parque solar en Florida, causando estragos en la instalación de 62 megavatios (MW).
Destrucción en el parque solar de Lake Placid
Imágenes y videos proporcionados por Duke Energy, la empresa propietaria del parque solar de Lake Placid, muestran el nivel de destrucción causado por el tornado. Duke Energy, con sede en Carolina del Norte, opera esta planta, que había sido desarrollada por EDF Renewables y fue inaugurada a finales de 2019. La instalación, con capacidad para suministrar energía limpia a miles de hogares, ha sufrido graves daños.
Sorprendentemente, la mayoría de los seguidores solares de un solo eje, que permiten que los paneles solares sigan el movimiento del sol a lo largo del día para maximizar la producción de energía, parecen estar intactos, aunque no está claro si siguen operativos. Sin embargo, las placas solares han sido arrancados y esparcidos por la zona, lo que indica un impacto significativo en la producción de energía de la planta.
Impacto ambiental y económico
La destrucción de una instalación de energía renovable como la de Lake Placid pone de relieve los desafíos a los que se enfrentan las energías limpias en un contexto de cambio climático. Las energías renovables, como la solar, son fundamentales para reducir la dependencia de combustibles fósiles y combatir el calentamiento global, pero su infraestructura también es vulnerable a fenómenos meteorológicos extremos.
El impacto económico de la destrucción de este parque solar es considerable. Además de los costos de reparación, que pueden alcanzar cifras millonarias, la interrupción en la generación de energía limpia representa una pérdida significativa en términos de reducción de emisiones de carbono. Según datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), un parque solar de 62 MW puede generar aproximadamente 124.000 megavatios-hora (MWh) al año, lo que equivale a evitar la emisión de unas 87.000 toneladas de dióxido de carbono (CO₂) anualmente. La destrucción de esta capacidad tendrá repercusiones a corto y largo plazo en los esfuerzos locales de sostenibilidad.
Respuesta y reconstrucción
Duke Energy ha indicado que aún se están evaluando los daños totales y que están trabajando en colaboración con los equipos de emergencia para restaurar el servicio eléctrico lo antes posible. La compañía ha enfatizado su compromiso con la sostenibilidad y ha asegurado que el parque solar será reconstruido para seguir contribuyendo al objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en Florida.
Este incidente pone de manifiesto la necesidad de diseñar infraestructuras energéticas más resilientes ante desastres naturales, una cuestión que será cada vez más relevante a medida que los efectos del cambio climático intensifiquen la frecuencia y magnitud de fenómenos como huracanes y tornados. La investigación y el desarrollo en tecnologías de energías renovables deben incluir estrategias para hacer frente a estos riesgos, desde la mejora de los sistemas de anclaje de paneles solares hasta la optimización de la red eléctrica para soportar mejor las fluctuaciones en el suministro.
El paso del huracán Milton y la devastación causada en el parque solar de Lake Placid subrayan la necesidad de reforzar la infraestructura de energías renovables. A medida que los eventos climáticos extremos se vuelven más comunes, será esencial que las inversiones en energía limpia vayan acompañadas de medidas que garanticen su durabilidad y capacidad de recuperación.
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