Actualizado: 05/07/2024
El ajo era usado como medicamento natural mucho antes de ser usado como condimento. El Codex Ebres, un papiro egipcio que data del 1550 A.C, contiene 22 beneficios del ajo con finalidad curativa en cardiopatías, parásitos intestinales, tumores… Ya en las civilizaciones mas antiguas, el ajo se consumía y era recomendado para dar energía y proveer protección contra todo tipo de males.
El ajo es un alimento con muchos beneficios y propiedades. Además lo podemos considerar imprescindible en nuestra cocina y es relativamente sencillo de sembrar y cultivar en tu huerto urbano o jardín. Es una planta medicinal que podemos cultivar nosotros mismos.
Muchos beneficios pero también algunas contra indicaciones. En grandes dosis puede ser perjudicial, han de evitarlo las personas que sufren dolores de cabeza y biliosidad. Tampoco es recomendable en mujeres durante el periodo de lactancia. En el artículo 10 alimentos prohibidos para los perros hablamos de los grandes perjuicios del ajo para estos animales.
La forma de tomarlo o prepararlo también es muy importante. Un refrán popular en América Latina nos dice “ajo cocido, ajo perdido”. La mejor forma de aprovechar todas sus propiedades medicinales es consumirlo en forma cruda, cocido pierde más del 90% de su efectividad. Puedes comerlo entero, picado muy finamente o machacado.
Beneficios del ajo.
Antibiótico.
En 1858 Louis Pasteur demostró que el ajo era un antibiótico natural muy recomendable, demostró en laboratorio que detenía el crecimiento de bacterias. En la II Guerra Mundial, ante la escasez de antibióticos, el ejército ruso lo utilizó masivamente para sus enfermos y heridos en combate.
Ya hablamos de los antibióticos naturales no hace mucho tiempo, entre ellos los beneficios del ajo.
Dolor de oído.
Este remedio hay que usarlo con mucha precaución ya que el oído es una zona muy delicada. Machacamos un diente de ajo y lo ponemos con una cucharada de aceite de oliva caliente en un recipiente, lo dejamos reposar 5 minutos. Lo colamos y dejamos enfriar, para finalmente colocar unas gotas en el canal auditivo.
Reumatismo.
Machacar ajos y aplicarlos en las partes afectadas alivia los dolores reumáticos.
Insomnio.
Cenar una ensalada de ajos con lechuga nos ayudará a conciliar mejor el sueño.
Limpiador facial.
Algunas mujeres usan el ajo como limpiador facial. Para aplicarlo se hace una pasta fina de ajo, mezclándola con un poco de aceite de oliva y azúcar. Se aplica de forma circular en la cara para finalmente enjuagar con agua. Si tenéis heridas mejor no usarlo porque puede escocer bastante.
Manchas en la cara.
Machacar ajos y aplicar sobre las manchas. Comer un diente de ajo crudo al mismo tiempo, durante varios días.
Controla el colesterol.
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford, señala que la alicina que contiene el ajo reduce los niveles de colesterol total y triglicéridos altos. La alicina es un compuesto azufrado que se encuentra en el ajo que solo aparece cuando el ajo es machacado o cortado.
Mejora la circulación.
Al ayudar a disminuir el colesterol, se disminuyen también las obstrucciones arteriales o arteriosclerosis que es la causa de la mayoría de infartos de corazón y derrames cerebrales. El principal efecto positivo del ajo proviene de la vitamina B, misma que reduce los niveles de homocisteína, una sustancia que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y del selenio que ayuda a combatir las enfermedades del corazón.
Es un buen aliado para combatir las varices, un excelente alimento a la hora de desinflamar las venas y mejorar la circulación.
Aliado contra la hipertensión.
La alicina del ajo es especialmente eficaz para mejorar la circulación de la sangre.
Mejora la digestión.
Tomar ajo favorece la secreción de jugos estomacales, su acción antiséptica y antibiótica combaten numerosas enfermedades del aparato digestivo.
Resfriados y gripes.
Se le atribuye un efecto descongestionante en el tratamiento de las afecciones en las vías respiratorias, resolviendo las congestiones, promoviendo la desinfección, desinflamando los bronquios y como expectorante. Coma tres a cuatro dientes de ajo al día, preferiblemente crudo y triturado, añadir a las sopas, guisos, salsas para pastas y aderezos para ensaladas.
Afrodisíaco.
El ajo se ha usado como un afrodisíaco desde tiempos antiguos. Los científicos han descubierto que el consumo de ajo puede aumentar el deseo sexual de los hombres que experimentan impotencia, ya que el ajo ayuda a la circulación y al bombeo de la sangre hacia las extremidades.
Acné.
El poder antioxidante del ajo ayuda a la piel y demás tejidos a regenerarse y mantenerse jóvenes. Las mascarillas de ajo suavizan la piel y la fortalecen, además de ayudar a la regeneración celular, entre los remedios caseros es muy popular para combatir el acné. Se corta un diente de ajo por la mitad y frotamos la cara utilizando la parte interna del ajo en contacto con la piel, dejar unos minutos y lavar bien con jabón neutro para quitar el olor, las propiedades antibacterianas del ajo ayuda a disminuir la aparición de acné y logran hacer remitir el que ya tengamos.
Infecciones intestinales.
El ajo ayudaría a combatir las infecciones intestinales causadas por los alimentos incluso mejor que algunos antibióticos, según lo hallado por un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Washington.
El ajo crudo es una excelente opción natural para expulsar parásitos intestinales. Se recomienda como parte de una dieta depurativa, que también incluye miel, jugo de limón, semillas de calabaza, zanahorias y remolachas. El ajo consumido en cantidades de aproximadamente tres dientes diarios ayuda para que los parásitos salgan del tracto digestivo.
Pesticida.
Es recomendable plantar ajos por todo nuestro huerto. Puedes elaborar un insecticida usando alcohol y ajo, para usarlo como: Insecticida, repelente y fungicida, casero y ecológico.
Toni Frito nos lo explicó fenomenalmente en este artículo: Como hacer Infusión de Ajo contra el Pulgón.
Si te interesan este tipo de pesticidas naturales ecológicos tenemos un artículo ideal para ti.
Tratamiento del herpes labial.
Cortar un diente de ajo por la mitad y colocarlo directamente sobre el hespes durante 10 minutos, varias veces al día. El comer ajo también puede acelerar el proceso de curación.
Ayuda para perder peso.
El ajo envía señales de saciedad a nuestro cerebro y también estimula la función metabólica que le ayuda a quemar más calorías.
Pie de atleta.
El ajo es un fungicida natural muy potente, por lo que es ideal para el tratamiento de infecciones micóticas, como el pie de atleta. Añadir unos dientes de ajo machacado en una palangana con agua tibia y sumergir los pies 30 minutos.
Repelente de mosquitos.
Los mosquitos detestan el ajo. Calentar un poco de aceite de oliva con un par de dientes de ajo machacado, lo dejamos reposar 24 horas. Mezclamos con un vaso de agua y el zumo de un limón, removemos y colamos el liquido resultante en una botella de spray.
Reparación de vidrios rotos.
Cuando un vidrio se rasga levemente, el ajo puede ser una solución rápida y transitoria hasta que puedas cambiarlo. Frota con ajo machacado las grietas. El ajo es un pegamento excepcional, por lo que hará que las grietas no se hagan más grandes y que el daño no sea mayor.
Sacar astillas de la piel.
Cortamos una rebanada de ajo y la ponemos sobre la asilla aferrándola con algún vendaje, esperamos unas horas y quitamos el vendaje la astilla estará fuera.
Flatulencias.
El consumo habitual del ajo logra un equilibrio intestinal ya que promueve el crecimiento de flora benéfica, al mismo tiempo que mata bacterias dañinas logrando a la larga una digestión mas eficiente.
Jarabe para la tos.
Alivia la inflamación y ayuda con el exceso de moco. Se hace una infusión de ajo poniendo dos dientes pelados en agua hirviendo 5 minutos, se puede tomar con jengibre y miel, para hacerlo más agradable.
Anticongelante.
Se utiliza sal de ajo en muchas carreteras para evitar el congelamiento del asfalto, aunque no es común a veces partidas de sal de ajo no aptas para consumo terminan en las carreteras.
Limpiador desinfectante.
Pica 4 dientes de ajo y colócalos en una botella de spray que contenga vinagre blanco. Coloca unas gotas de esencia de limón y listo.
Características del ajo.
El ajo es una planta originaria de Asia occidental, cultivada desde hace más de 7.000 años. Mide cerca de 30 cm y el bulbo está formado por una cabeza dividida en gajos que se suelen denominar dientes, envueltos en una delgada película.
La plantación del ajo se realiza en la época invernal o a principios de la primavera, y la recolección es en el mes de agosto. Finalizada la cosecha, las cabezas de ajo deben mantenerse en un lugar sin demasiado calor ni frío y con una buena ventilación, donde se secarán durante varias semanas.
Propiedades nutricionales del ajo.
El ajo es un alimento que destaca por su contenido calórico, más de 100 kcal por 100 gramos. El contenido nutricional del ajo es sobre todo a base de hidratos de carbono, aunque también tiene algo de proteínas (5 gr/100 gr).
Rico en minerales como el sodio, potasio, fósforo y magensio. Vitaminas del grupo B y compuestos aromáticos azufrados como la aliína o la alicina.
Tipos de ajo.
Con características nutricionales similares, hay pequeñas diferencias:
- Ajo blanco: el más común. La cabeza de este ajo suele tener más dientes que el de otros tipos, son más carnosos y se conservan por más tiempo.
- Ajo morado: Maduran antes que los blancos y suelen ser más grandes pero se conservan por menos tiempo y son algo más picantes.
- Los ajetes o ajos tiernos: pequeños y con sabor y olor menos pronunciado. Los ajetes son ajos poco madurados que se han cogido antes de que el bulbo crezca.
Cómo cultivar los ajos.
Block, David. Garlic and Other Alliums: The Lore and the Science. Royal Society of Chemistry, 2010.
Foster, Steven y Johnson, Rebecca L. Desk Reference to Nature´s Medicine. National Geographic Society, 2006.
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Weiss, Gaea y Shandor. Growing and Using the Healing Herbs. Rodale Press, 1985.
Werner, David, Thuman, Carol y Maxwell, Jane. Donde no hay doctor: Una guía para los campesinos que viven lejos de los centros médicos. Hesperian Health Guides 2010.
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