Actualizado: 08/11/2022
Un grupo de científicos está estudiando una nueva solución de almacenamiento de energía basada en la gravedad y adecuada para redes de menos de 20 MW.
Aprovechar las altas montañas para crear «baterías» que puedan proporcionar soluciones de almacenamiento de energía a pequeñas comunidades o áreas aisladas.
Puede plantear algunas dudas desde el punto de vista medioambiental, pero el sistema de almacenamiento gravitacional, estudiado por el Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA) de Austria, es sobre el papel un objetivo importante para la energía del futuro.
El aumento de las fuentes renovables no programables requiere hoy en día soluciones de almacenamiento integradas, que respondan sin problemas a los picos de demanda o a la falta de viento o sol, ahí es donde entran en juego las baterías recargables.
En la gestión de la energía a gran escala son más útiles las centrales hidroeléctricas de bombeo. Sin embargo, si se trata de redes con baja demanda, como las de pequeñas comunidades remotas o islas, la gestión de la energía a largo plazo tiene necesidades específicas que requieren una tecnología específica.
Esta tecnología ha sido bautizada como Mountain Gravity Energy Storage (MGES). En un estudio publicado en la revista Energy, el investigador Julian Hunt y sus colegas del Instituto explican cómo MGES puede cerrar la brecha entre las actuales instalaciones de almacenamiento a corto y largo plazo. La acumulación gravitacional «de montaña» consiste en la construcción de un puente grúa en la ladera escarpada de una montaña, con capacidad suficiente para transportar arena (o grava) desde un lugar de almacenamiento situado en la parte inferior hasta otro lugar en la parte superior. Un motor mueve los carros de almacenamiento llenos de arena de abajo hacia arriba, utilizando la electricidad que se va a almacenar. El proceso inverso, impulsado sólo por la fuerza de la gravedad, permite que esta energía regrese a la red. Una idea muy parecida a la que propone Energy Vault.
Una de las ventajas de este sistema es que la arena es barata y, a diferencia del agua, no se evapora, por lo que nunca se pierde energía potencial y se puede reutilizar innumerables veces. Esto hace que la acumulación gravitacional sea particularmente interesante para las regiones áridas. Además, los sistemas de bombeo están limitados a una diferencia de altura de 1.200 metros, debido a las presiones hidráulicas excesivas que se generarían a mayores alturas. Las plantas de MGES podrían tener diferencias de altura de más de 5.000 metros. Las regiones con altas montañas, como el Himalaya, los Alpes y las Montañas Rocosas, podrían convertirse a largo plazo en importantes centros de almacenamiento de energía. Otros lugares interesantes para la MGES son las islas, como Hawai, Cabo Verde, Madeira y las islas del Pacífico con un terreno montañoso escarpado.
Julian Hunt.
Los investigadores destacan que la tecnología nació con el objetivo preciso de llenar el vacío en el mercado cuando se trata de almacenamiento a largo plazo para redes pequeñas y, por lo tanto, no sería adecuada para la generación de picos o el almacenamiento de energía en ciclos diarios.
Es importante señalar que la tecnología MGES no sustituye a las actuales opciones de almacenamiento de energía, sino que más bien abre nuevas formas de almacenar energía y explotar el potencial sin explotar en regiones con altas montañas.
Julian Hunt.
Más información: www.sciencedirect.com
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