40.000 toneladas de hojas secas recogidas y clasificadas cada año abastecen a 4.000 hogares de la ciudad de Amiens y crean decenas de empleos estacionales.
En el norte de Francia, en Amiens, las hojas secas tienen un uso muy particular, y sobre todo muy importante en estos tiempos de crisis energética.
En esta ciudad, la iniciativa de reutilización de las hojas secas es efectiva desde hace siete años. Los servicios técnicos de la ciudad las recogen y luego las clasifican y transforman en compost. Hasta ahora, nada nuevo. La ingeniosa idea es que también se envían al digestor y así se pueda producir electricidad.
Desde 2014, los habitantes de Amiens ya no ven con malos ojos la caída de las hojas. En su ciudad, ya no forman una alfombra resbaladiza, sino que se utilizan para producir energía e incluso para aportar ingresos a las arcas municipales.
La ciudad ha decidido reciclar sus residuos vegetales, lo que también crea decenas de empleos estacionales en Amiens.
La ciudad cuenta con cerca de 40.000 árboles que producen más de 500 toneladas de biomasa cada año. Esta biomasa permite a los residentes calentar sus hogares durante todo el año gracias al reciclaje de las hojas secas.
¿Cómo lo hacen?
Los servicios municipales recogen 500 toneladas de hojas secas. En lugar de llevarlas al centro de eliminación de residuos, el ayuntamiento de Amiens recicla estas 500 toneladas de dos formas: compostaje y metanización (proceso biológico natural que transforma la materia orgánica en biogás).
Las hojas más limpias se utilizan como compost, y las otras, mezcladas con colillas o basura, se envían a la planta de metanización de Idex Environnement, situada en los suburbios cercanos a Amiens.
¿Electricidad gratis?
La planta de metanización de Amiens es la más antigua de Europa y recicla cada año casi 14.000 toneladas de residuos domésticos.
Los residuos pasan por un digestor durante 40 días, son digeridos por bacterias anaerobias y finalmente producen biogás, que se introduce en la red de distribución de la ciudad a través de una turbina de 18.000 MWh.
En la actualidad, casi 4.000 hogares de la ciudad se abastecen de biogás. Esto ha permitido a la ciudad reducir su impuesto sobre los residuos domésticos en un 10%, es decir, 50 euros por hogar al año.
Además, emplea a unas sesenta personas con contratos de temporada para recoger todas esas hojas que han caído del cielo.
Si todas las ciudades se implicaran en este tipo de proyectos, conseguiríamos un gran ahorro.
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