Actualizado: 14/07/2021
La transición energética australiana es tan intensa que no es raro que cada poco salte la noticia sobre algún nuevo proyecto relacionado con las energías limpias, o sobre mínimos históricos de demanda de energía que baten a otros récords que, poco antes, también habían sido históricos. Con esta trayectoria no extraña que una reciente investigación de la Alternative Technology Association (ATA) concluya que este país podría completar en 2030 su transición energética, para suministrarse al 100% de fuentes renovables.
Es la principal conclusión que arroja el estudio ‘100% Renewable Grid by 2030‘ (red energética 100% renovable para 2030) en el que, eso sí, se plantea que, para conseguirlo, será necesario que Australia imprima una nueva marcha al ritmo de instalación de sistemas para la captación de energía solar y eólica. En concreto, el acelerón debería ser del 80% respecto a los niveles registrados en 2017. Si, por el contrario, se mantuviera la tendencia de instalación lograda a lo largo de 2017, alcanzar los 93.330 megavatios necesarios para que el mercado eléctrico nacional opere al 100% con renovables no sería posible hasta 2040.
Según el autor del estudio, el analista Andrew Reddaway, las autoridades no deberían dejar abierta la posibilidad de que ese objetivo se aplace una década. «Australia debería preparar un plan adecuado para completar su transición energética, e implementarlo», asegura el experto, que apela a razones de seguridad y de costes para apostar hacia una transición completa de aquí a 2030. «Es más barato y menos arriesgado que construir nuevas centrales eléctricas», sostiene el informe, que basa sus conclusiones en el estudio de datos recientes de la Australian National University, así como de las últimas tendencias e iniciativas australianas, con proyectos como la Snowy Hydro 2.0, central hidroeléctrica de bombeo en las Snowy Mountains.
Y es que, como asegura la Alternative Technology Association, la transición australiana para 2030 debería acompañarse de ese nuevo ritmo de instalaciones para la captación de energía limpia, pero también de infraestructuras como la Snowy Hydro para el almacenamiento de energía, así como de líneas de transmisión adicionales.
El esfuerzo, sin embargo, valdría la pena, a juicio de este estudio, por el giro que supone en sí mismo y, también, por los costes aparejados. «La electricidad de nuevas centrales eléctricas de carbón podría costar entre 81 y 182 dólares por megavatio hora», asegura el autor del documento, que eleva además el coste a los entre 102 y 203 dólares, si se tienen en cuenta los impactos sobre la salud y el clima.
Frente a lo anterior, «en una red eléctrica completamente renovable, la electricidad costaría alrededor de 93 dólares el megavatio hora», concluye el experto en un trabajo que la ATA espera sea tenido en cuenta por las autoridades australianas. «Las decisiones no deberían dejarse en manos de compañías que se muevan por los beneficios en el corto plazo, puesto que esto podría conducir a un sistema deficiente», advierte el colectivo.
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