Investigadores han diseñado una barrera curva única que puede proteger a las personas de los efectos nocivos de la contaminación atmosférica producidas por las carreteras.
La contaminación atmosférica se está convirtiendo en un problema sanitario mundial de primer nivel, los investigadores trabajan constantemente en la búsqueda de nuevas soluciones para hacer frente a estos problemas.
En el Imperial College de Londres, los investigadores usan técnicas de modelización del flujo de aire para estudiar los efectos de unas estructuras únicas al borde de la carretera que desvían las partículas de los peatones.
Los problemas de salud derivados de la baja calidad del aire son más importantes en las comunidades con menos ingresos, que tienen más probabilidades de estar situadas cerca de vías con mucho tráfico.
La Dra. Tilly Collins, del Centro de Política Medioambiental del Imperial, encontró este problema especialmente preocupante.
Pensé: ¿qué se puede hacer? ¿Y qué se puede hacer ahora? Así que empecé a investigar el efecto de los muros a lo largo de las carreteras. Se hizo evidente que a lo largo del lado de los peatones de estos muros de las carreteras, hay vórtices en los que la calidad del aire puede ser incluso peor, ya que los contaminantes quedan atrapados en ellos.
Dra. Tilly Collins.
Las estructuras curvas ayudan a desviar las partículas.
Partiendo de modelos sencillos, exploraron ideas de diseño urbano que mejoraran la calidad del aire para los peatones y, especialmente, para los niños. Han publicado sus conclusiones en la revista Cities & Health.
Inspirándose en los deflectores de los aeródromos y en los muros acústicos curvados junto a las autopistas de Alemania y los Países Bajos, los investigadores descubrieron que las estructuras curvadas dispersarían y reflejarían más eficazmente los contaminantes hacia las carreteras y mejorarían muy rápidamente la calidad del aire para los peatones de forma económica.
Aunque la implantación de este tipo de mobiliario urbano plantea dificultades, como la visibilidad de la carretera, los investigadores confían en que la mejora en la calidad del aire y en la salud sea lo suficientemente importante como para justificar que se sigan explorando estas ideas.
Más allá de la calidad del aire, estas barreras curvas también reducen la contaminación acústica y podrían servir para aumentar las zonas verdes en las grandes ciudades.
La Dra. Collins cree que es necesario un diseño urbano único y eficaz, y estas barreras curvas son capaces de afrontar estos retos, proporcionando grandes beneficios para los peatones.
Más información: www.tandfonline.com
Deja una respuesta