Actualizado: 14/07/2021
Gracias a una serie de medidas de conservación promulgadas por el gobierno de Belice, el Sistema de Reservas de la Barrera de Coral de Belice -uno de los ecosistemas más increíbles y diversos del mundo- se ha retirado de la Lista de Patrimonio Mundial «en Peligro» de la UNESCO.
La histórica decisión se tomó esta semana durante una reunión del Comité de Patrimonio Mundial en Bahrein, sólo cinco meses después de que el gobierno de Belice impusiera una moratoria a la exploración y perforación petrolífera en todas las aguas de Belice, un hito legislativo que protegió ecosistemas en peligro y colocó al país como líder mundial en la conservación de los océanos.
«Hoy que estamos viviendo numerosas amenazas en multitud de lugares del Patrimonio Mundial, el gobierno de Belice ha tomado medidas reales para proteger uno de los lugares más especiales del mundo«, dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional. «Hemos asistido a un cambio increíble desde que el arrecife estaba siendo amenazado por las pruebas sísmicas en busca de petróleo hace sólo dieciocho meses.«
Compuesto por siete áreas protegidas, el Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice es el segundo sistema de este tipo más grande del mundo y alberga a casi 1.400 especies, desde tortugas carey en peligro de extinción hasta manatíes de las Indias Occidentales, rayas, corales y seis especies de tiburones amenazadas.
Casi 200.000 personas -más de la mitad de la población de Belice- dependen del arrecife para vivir. El turismo basado en los arrecifes y las actividades recreativas proporcionan fuentes vitales de ingresos y representan aproximadamente 200 millones de dólares del PIB de Belice, mientras que la pesca comercial aporta unos 15 millones de dólares. El arrecife también proporciona una importante protección natural contra los daños causados por las tormentas extremas a lo largo de la costa.
El Sistema de Reservas de la Barrera del Arrecife de Belice fue inscrito por primera vez en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1996, en reconocimiento a su increíble biodiversidad e importancia cultural. Pero en la última década, la exploración del petróleo, el desarrollo a lo largo de la costa y la falta una legislación proteccionista han planteado crecientes amenazas a este frágil ecosistema. El arrecife fue añadido a la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO en 2009 debido a la amenaza por daños irreversibles causados por las dañinas construcciones costeras y la exploración petrolífera.
El año pasado, más de 450.000 personas de todo el mundo se unieron a WWF y otras organizaciones -incluyendo Oceana, la Asociación de Turismo de Belice, la Sociedad Audubon de Belice y el Instituto de Derecho y Política Ambiental de Belice- para realizar una campaña contra la exploración petrolífera en este ecosistema Patrimonio Mundial. Firmaron peticiones, escribieron cartas y usaron los medios de comunicación sociales para instar al gobierno del país a asegurar la protección a largo plazo de la barrera de coral.
En diciembre de 2017, Belice acordó poner fin a la exploración petrolera en sus aguas y comenzó a proteger a la región de las distintas amenazas, un paso crítico para proteger el arrecife, sus especies y las personas que dependen de él. Belice es ahora uno de los tres países del mundo con esa legislación.
«Los beliceños se levantaron para proteger sus arrecifes, y cientos de miles de personas más de todo el mundo se unieron a la campaña para salvar nuestro patrimonio común. Al tomar medidas rápidas de colaboración, Belice ha demostrado que es posible revertir la pérdida de la naturaleza y crear un futuro sostenible», añadió Lambertini.
Belice también adoptó recientemente importantes regulaciones para proteger los manglares del país y anunció que comenzaría a eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso como las bolsas de plástico, los utensilios y los recipientes que amenazan las especies y los ecosistemas más frágiles.
Pero aún queda mucho por hacer para asegurar que el arrecife de coral de Belice y el resto de los lugares del Patrimonio Mundial – y los 11 millones de personas que apoyan en todo el mundo – continúen siendo protegidos para las generaciones futuras.
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