Actualizado: 04/07/2022
Las baterías de flujo no son algo nuevo. Lo que sí sobresale es que se apueste por esta alternativa para el almacenamiento en soluciones líquidas en el ámbito doméstico. Y eso, precisamente, es lo que ha hecho la firma australiana Redflow, que ha desarrollado ZCell, la batería de flujo de zinc-bromuro más pequeña del mundo, pensada para su uso en viviendas o en oficinas.
Este tipo de soluciones, por las que ya se apostaba, pero a lo grande, con proyectos para baterías de flujo redox como el que se proyecta en Jembum, en Alemania, donde se espera construir la batería más grande del mundo, se abre ahora a otro tipo de consumidor final: propietarios de viviendas o pequeños negocios. Pero este no es el único cambio que incorpora ZCell.
Características Baterías de flujo.
Con una capacidad que se ha llevado hasta los 10 kWh, estos sistemas escalables sobresalen por su virtud para mantenerla estable a lo largo de su vida útil. Y esta no es corta: hasta 10 años, o hasta 36.500 kWh, lo que llegue antes, sin mermas en la capacidad de almacenamiento. Los creadores de esta batería de flujo para viviendas están tan seguros de este punto que su garantía se extiende a una década.
Todo esto, además, con la posibilidad de que el sistema se cargue y descargue al 100% día tras día, sin que esto se traduzca en daños o caídas de rendimiento. Sin embargo, las fortalezas de esta solución, según explican sus impulsores, no quedan ahí, puesto que las ZCell pueden operar a temperaturas de hasta 50 grados sin necesidad de refrigeración externa.
La posibilidad de reciclar y reutilizar todos los componentes de estas baterías, así como los electrolitos, también es un punto fuerte de esta aproximación, que gana terreno respecto a otras opciones disponibles en otro campo, el de la seguridad. En este sentido, estas baterías están exentas de riesgo de incendio, puesto que el electrolito de zinc-bromuro es un material no inflamable.
Además de los puntos fuertes señalados, la firma Redflow asegura que «ha redefinido el funcionamiento de las baterías» que, en este caso, contienen un electrolito comprimido en una solución salina de zinc-bromuro disuelta en agua, además de contar con dos tanques para el almacenamiento, uno para el positivo y otro para el negativo.
Con este mecanismo, por ejemplo, una familia de Queensland ha instalado recientemente el mayor sistema de almacenamiento de energía doméstico de Australia. Con una capacidad de 60 kWh, esta instalación sumó seis baterías de flujo ZCell, además de 72 paneles fotovoltaicos.
Para seguir impulsando esta solución, a la que sus creadores ven múltiples ventajas respecto a las baterías de flujo basadas en litio o en plomo ácido, la fase de producción ha arrancado en Tailandia. Allí, esta firma australiana espera producir cada mes hasta 250 baterías de flujo que, con innovaciones como esta, se van posicionando como alternativa, también para propietarios de viviendas.
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