Actualizado: 06/07/2022
Motivados por el creciente problema con los plásticos, tan perjudiciales para el medio ambiente tanto en su producción como en su eliminación, científicos de todo el mundo estudian formas más sostenibles para este material.
Investigadores de la Universidad de Yale han presentado un candidato que cumple una serie de requisitos importantes, al desarrollar un nuevo bioplástico de gran resistencia pero capaz de degradarse por completo en tres meses.
En la búsqueda de bioplásticos más respetuosos con el medio ambiente, los científicos han recurrido a todo tipo de biomasa como punto de partida. Cáscaras de huevo, plantas e incluso residuos de tequila, y todas ellas plantean invariablemente la perspectiva de un material que no sólo es más ecológico de producir, sino que no tarda siglos en degradarse como los plásticos convencionales basados en el petróleo.
El equipo de Yale comenzó con un polvo de madera que es un producto de desecho típico de los aserraderos, usó un disolvente biodegradable para reducirlo a una lechada de polímeros orgánicos y celulosa con enlaces de hidrógeno y enredos a nivel de nanoescala. Esta lechada se pudo moldear como un bioplástico, que el equipo puso a prueba frente a los plásticos convencionales.
Los experimentos consistieron en enterrar láminas del bioplástico en el suelo, donde se fracturaron al cabo de dos semanas y se degradaron por completo en tres meses. El bioplástico también mostró una gran resistencia mecánica, estabilidad cuando se hace para contener líquidos y resistencia a la luz ultravioleta.
Hay mucha gente que ha intentado desarrollar este tipo de polímeros en el plástico, pero los filamentos mecánicos no son lo suficientemente buenos como para sustituir a los plásticos que usamos actualmente, que se fabrican en su mayoría a partir de combustibles fósiles. Hemos desarrollado un proceso de fabricación sencillo y directo que genera plásticos basados en la biomasa a partir de la madera, pero también plástico que ofrece buenas propiedades mecánicas.
Yuan Yao.
Además de degradarse a gran velocidad, el bioplástico también puede volver a su forma original, lo que permite recuperar y reutilizar el disolvente.
Eso, para mí, es lo que realmente hace bueno a este plástico: todo puede reciclarse o biodegradarse. Hemos minimizado todos los materiales y los residuos que van a la naturaleza.
Yuan Yao.
El equipo imagina los usos para este nuevo bioplástico, como moldearlo en una película para bolsas y envases, o incluso en productos para su uso en la construcción y la fabricación de automóviles. Una nueva vía para intentar reducir nuestra dependencia del plástico derivado del petróleo.
Más información: www.nature.com
Vía yale.edu
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