Actualizado: 01/01/2023
Los residuos orgánicos de las aguas residuales pueden ser un valioso recurso para la fabricación de ladrillos. Pruebas realizadas demuestran que el producto final tiene una conductividad térmica más baja y buena resistencia a la compresión.
Los biosólidos son unos residuos orgánicos sólidos que se generan por el tratamiento de aguas residuales. La mayoría de estos subproductos normalmente se deposita en vertederos o se almacenan, aunque hay algunos investigadores que quieren darle un uso más eficiente, recordemos los italianos que los quieren convertir en abono, o las plantas residuales que los quieren usar cómo fuente de energía.
También hemos hablado en ecoinventos de los proyectos europeos que quieren, por una parte obtener biocombustible barato de las aguas residuales, por otra recuperar celulosa, agua, biopolímeros y fertilizantes.
En fin, más que aguas residuales se les podría llamar ahora aguas de materias primas.
Según el Instituto Real de Tecnología de Melbourne, Estados Unidos produce 7,1 millones de toneladas de biosólidos al año, la Unión Europea más de nueve millones de toneladas y Australia 31.700 toneladas.
Dado el aumento de los materiales de desecho, la escasez de espacio en los vertederos y las plantas de aguas residuales, y los costes de su gestión y tratamiento, esta vez se está buscando darle uso como material para la elaboración de ladrillos. Algo que no nos suena nuevo ya que hace un tiempo hablamos de los estudiantes sudafricanos que hacían ladrillos con orina humana.
La fabricación de ladrillos con biosólidos requiere la mitad de la energía que los ladrillos convencionales, lo que supone un ahorro considerable. Tienen una conductividad térmica más baja, lo que transfiere menos calor a los edificios, lo que podría favorecer la eficiencia en el sector de la construcción.
Ventajas del ladrillo con biosólidos.
En la primera etapa del estudio, se realizaron experimentos de laboratorio para investigar las propiedades técnicas de las muestras de biosólidos, incluso se hicieron comparaciones con las propiedades físicas y mecánicas del ladrillo convencional.
Los hallazgos de este estudio mostraron que la incorporación de biosólidos produjo ladrillos con mayor porosidad, menor densidad, mejores propiedades de aislamiento térmico y una resistencia a la compresión aceptable.
Se encontró que el porcentaje de contenido orgánico tiene un efecto significativo en las propiedades físicas y mecánicas, el consumo de energía y la microestructura de los ladrillos modificados con biosólidos.
Los resultados del análisis de lixiviados mostraron que la adición de biosólidos en un cuerpo cerámico inmovilizó algunos de los metales pesados tóxicos presentes en los biosólidos.
Los resultados de la prueba de lixiviado revelaron que las concentraciones de metales pesados tóxicos estaban muy por debajo de los límites regulatorios internacionales para desechos industriales sólidos convencionales.
Al hacer un estudio comparativo del ciclo de vida y las emisiones generadas los ladrillos con biosólidos generan menos impacto ambiental que el convencional. Por lo tanto, su uso puede contribuir a reducir la huella de carbono en la industria.
Quien sabe, lo mismo no está tan lejos el día que usemos para nuestras casas ladrillos hechos con nuestros propios residuos domiciliarios.
Más información: smithsonianmag.com
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