La construcción sostenible se puede definir como una manera de satisfacer las necesidades actuales de la vivienda sin poner en peligro la capacidad de generaciones futuras para cubrir las suyas.
A ello contribuye la casa bioclimática, un tipo de vivienda que cobra cada vez más importancia, ya que una casa construida con madera, e incluso paja, es un edificio que aprovecha al máximo los recursos de su entorno para disminuir, y en ocasiones hasta suprimir el consumo de energía y minimizar su impacto sobre el medio ambiente.
Es fundamental que la fachada esté siempre orientada al sur, ya que proporciona así una exposición solar máxima. Para los que viven al sur del Ecuador es justo al revés.
Nuestros antepasados, sin ser conscientes de ello, ya construían de forma bioclimática. Desafortunadamente, este hábito desapareció en los años 50/60.
Hacía falta construir rápidamente y con un presupuesto limitado en un momento en el que el medio ambiente no importaba demasiado. Hoy en día, el petróleo, la electricidad y el gas cuestan cada vez más caro.
No hay que olvidar también que las máquinas de construcción requieren mucha energía para funcionar aunque los fabricantes tiendan a desarrollar máquinas más sostenibles como excavadoras, retroexcavadoras…
Por ende, volvemos a la construcción de edificios que tienen muy en cuenta el sol, el viento, los relieves, la vegetación…
El principio ‘bioclimático’ es relativamente sencillo: se basa principalmente en el confort térmico. Por lo tanto, hace falta resguardarse del viento, aprovechar el sol al máximo en invierno y protegerse de él en verano. Hoy en día es posible diseñar casas pasivas sin muchos problemas. Están concebidas para captar la energía solar, almacenarla y difundirla al interior de sí misma.
Para ello, es esencial la elección de los materiales de construcción y una disposición adecuada de las habitaciones que permiten la captación de energía. Así, gracias al sol, se puede calentar en buena parte la casa. Para que sea eficiente, el edificio tendrá que aprovechar los aportes solares y almacenar calor en las masas, como muros y losas de piedra, hormigón y en la propia tierra.
Este principio permitirá ahorrar calefacción y brindar un confort óptimo en verano y en invierno. Con masas suficientes, la temperatura varía poco a lo largo del año, instalándose entre los 18 y los 22 ºC sin calefacción.
En función del aislamiento, este tipo de vivienda necesitará muy poco aporte de calefacción o climatización, y sólo quedaría por definir la calefacción adicional, si se necesita.
Por todo ello, la casa bioclimática es una concepción global inteligente a la que se añaden muchas alternativas que garantizan un resultado optimo. En todos los casos, la orientación es un factor fundamental en una casa de este tipo. La fachada siempre tiene que estar orientada al sur ya que proporciona así una exposición solar máxima.
En efecto, una casa bioclimática está construida principalmente para recoger el aporte del sol. Se alimenta del sol durante el día, conserva esta energía y la restituye y difunde el calor dentro de la casa cuando la temperatura exterior baja.
Los espacios en los que se realiza más vida, como la sala de estar, la cocina y el comedor, deben de estar también orientadas al sur para aprovechar al máximo la luminosidad. Las habitaciones deben de estar situadas al este o al oeste y los cuartos de baño o cuartos técnicos al norte.
Una casa bioclimática debe disponer de una superficie de vidrio con una extensión muy importante para estar abierta al exterior y estar en harmonía con la naturaleza. Si se orientan las aperturas al sur, se puede ahorrar hasta un 30% de energía.
Ventilación y aislamiento.
Por un lado, en las casas bioclimáticas el método de ventilación es el centro del sistema. El denominado ‘pozo canadiense’ es la solución ideal para ventilar la casa. Los procesos de intercambio de calor con doble flujo permiten, en invierno, recuperar el calor producido en el interior de la casa para calentar el aire que viene del exterior. El aire nuevo es aspirado por una chimenea ubicada a 10 m de la casa.
Circula después bajo tierra antes de llegar hasta la VMC doble flujo. Resultado: en verano, tenemos una llegada de aire siempre fresco (no se necesita una climatización, que además no es ecológica) y en invierno, el pozo canadiense provee aire tibio, que pasará, además, por un invernadero (lado sur) antes de entrar en la casa.
Por otro lado, si la casa tiene un buen aislamiento, se puede prescindir de calefacción: el calor emitido por los propios habitantes, por la cocina, por la secadora… sería suficiente. Si se necesita calentar la casa, la estufa de madera y la chimenea con puertas y recuperador de calor son los mejores modos de calefacción.
Otro aspecto de la construcción bioclimática es la compactibilidad del edificio. Una casa de una sola planta de 100 m2 consumirá hasta 25% más energía respecto a una casa con varias plantas, para mantener una temperatura agradable durante el invierno.
La construcción de una casa bioclimática no cuesta más que una casa tradicional. No son la orientación y las aperturas que influyen en el precio sino la calidad de los materiales, de la puesta en marcha y de los resultados térmicos.
Una vivienda que aprovecha los aportes pasivos del sol de invierno (energía gratuita) aumentará su valor con el tiempo y las predicciones del incremento del coste de la energía. Ya sea para vivir, alquilar o revender, los edificios bioclimáticos son particularmente rentables y apreciados.
En conclusión, los principios fundamentales de la casa bioclimática pueden resumirse en dos puntos :
- Protegerse de las variaciones climáticas (frío/calor, viento, lluvia…).
- Aprovechar las ventajas del clima (luz, calor o frescura natural según la temporada, brisa…).
Se debería también tener en cuenta la calidad sanitaria del lugar de vida así que el impacto ecológico de la construcción en el enfoque bioclimático.
Cristián Ovalle Núñez dice
la fachada al sur es solo para hemisferio norte. Para los que vivimos al sur del Ecuador lo logico es que sea al reves. Habria sido bueno que lo aclararan.
amigo dice
Gracias por la información.
Saludos.
Luis Javier Pascual dice
La orientación sur es cuestión de ahorros de energía, En Málaga lo que interesara es poner los dormitorios en la fachada norte para que estén siempre más frescos y tener grades aperturas para producir corrientes de aire dentro de la casa. Y si sobra el sol, aprovecha para calentar el agua de la ducha y producir energia con paneles solares.
Poniendo un huerto en la parte sur de la casa puede suavizar tambien las temperaturas dentro de la casa.
Las casas bioclimaticas hay que adaptarlas a cada región.
amigo dice
Hola, aquí en la provincia de Málaga, ¿también deben mirar hacia el sur?
Lo pregunto porque aquí el sol no falta, más bien al contrario.
Saludos.