Las denuncias de las comunidades nativas se deben a un mal uso de los recursos hídricos por parte de SQM. El agua, de hecho, se ha convertido en el punto clave para los planes de expansión del gigante del litio, que opera en las salinas de Atacama, el desierto más seco del mundo que ofrece más de 1/3 de la oferta mundial de litio.
Al aceptar la demanda de las comunidades de Atacama, el Tribunal Ambiental chileno ha puesto en problemas a SQM, el segundo productor mundial de litio.
El Tribunal de Medio Ambiente de la ciudad chilena de Antofagasta confirmó la denuncia presentada por las comunidades indígenas del desierto de Atacama contra SQM, el segundo productor chileno de litio en el mundo. La decisión del juez corre el riesgo de comprometer seriamente el plan de $400 millones de SQM para expandir su planta de producción y así satisfacer la creciente demanda mundial.
La queja de las comunidades nativas se debe principalmente a lo que se consideró un mal uso de los recursos hídricos por parte de SQM. El agua, de hecho, se ha convertido en un punto clave para los planes de expansión tanto de SQM como de su principal competidor, Albemarle, ambos operando en las salinas de Atacama, el desierto más seco del mundo, que ofrece más de 1/3 de la oferta global de litio, un ingrediente clave para las baterías de los vehículos eléctricos.
El aumento de la demanda de litio ha planteado dudas de que el árido desierto norteño de Chile pueda sostener los niveles actuales (y futuros) de producción, especialmente si la demanda de litio se combina con las necesidades de las minas de cobre cercanas, una industria en auge.
Por lo tanto, el tribunal dictaminó que el plan de cumplimiento presentado por SQM, en respuesta a una investigación de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), era totalmente «insuficiente». El plan incluía un nuevo sistema online para monitorear las tasas de extracción de salmuera y el cierre de uno de los pozos de agua dulce.
Sin embargo, el juez prefirió actuar de conformidad con el «principio de precaución» y teniendo en cuenta la «particular fragilidad» del ecosistema de Atacama y un «alto nivel de incertidumbre científica» sobre el comportamiento de su acuífero. Por lo tanto, según el tribunal, SQM no tendría forma de demostrar que las medidas de su plan de cumplimiento son realmente capaces de «contener y reducir, si no eliminar, los efectos negativos generados por la presencia de la sociedad».
Además, según el tribunal, la SMA chilena tendrá que volver a sancionar a SQM por infracciones pasadas, lo que podría resultar en multas de más de 3 millones de dólares, o incluso en el cierre de sus operaciones o la revocación de permisos ambientales.
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