Chile inauguró el martes la primera planta de energía termosolar de América Latina, un vasto complejo bautizado como Cerro Dominador, en el desierto de Atacama, que da un impulso a la búsqueda de la neutralidad de carbono del país para 2050.
En una superficie de más de 700 hectáreas, 10.600 espejos rodean una torre de 250 metros de altura coronada por un receptor en el que se reflejan los rayos del Sol.
Las sales fundidas del receptor absorben el calor y lo usan para generar electricidad, hasta 110 megavatios, mediante una turbina de vapor.
Combinado con una planta fotovoltaica adyacente, el complejo de Cerro Dominador es capaz de producir 210 megavatios de energía renovable.
Una característica del proyecto es que las sales pueden almacenar energía hasta 17,5 horas, lo que permite que el sistema siga funcionando sin luz solar directa, y durante 24 horas al día, según sus operadores.
Nos permitirá ahorrar más de 600.000 toneladas de emisiones de CO2 al año. Eso equivale a lo que emiten 300.000 coches en un año.
Sebastián Piñera, presidente Chile.
El dióxido de carbono es el más abundante de los gases de efecto invernadero creados por el ser humano, al que se atribuye el cambio climático y el calentamiento global.
Se genera por la quema de combustibles fósiles basados en el carbono usados en el transporte y la generación de energía, la construcción, la deforestación, la agricultura y otras prácticas, y persiste en la atmósfera y los océanos durante miles de años después de su emisión.
En consonancia con el acuerdo climático de París de 2015, que pretende mantener el calentamiento global en no más de 2 grados centígrados respecto a los niveles preindustriales, Chile se comprometió a que su economía sea neutra en carbono para 2050, lo que significa que no emite más de lo que puede compensar por otros medios.
La construcción del proyecto Cerro Dominador comenzó en 2014 en medio del desierto de Atacama, a unos 3.000 metros sobre el nivel del mar, en el cálido, seco y soleado norte de Chile.
Piñera dijo que Chile inaugurará en 2021 más proyectos de energía limpia que en toda su historia anterior para hacer frente al «urgente desafío» del cambio climático.
Esto incluirá la electrificación del transporte público, la sustitución de la energía basada en el carbono por alternativas verdes y la expansión de los bosques que absorben el CO2.
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