Ahorrar energía con el frigorífico.
Puede suponer hasta el 19% del consumo eléctrico. Para reducir tu factura:
– Procura que la parte trasera del frigorífico esté limpia (si está sucia puede incrementar el consumo un 15%).
– Mantén en buen estado las gomas de las puertas.
– Coloca el frigorífico o el congelador en un lugar ventilado, fresco y lo más lejos posible de fuentes de calor (hornos, radiadores, etc. o zonas donde le dé el Sol frecuentemente).
– No incluyas alimentos calientes y, para no perder frío, abre y cierra la puerta rápidamente.
– Tenlo a una temperatura adecuada (cada grado menos aumenta un 5% el consumo).
– Si se forma escarcha en el congelador, descongele antes de que la capa de hielo alcance 3 mm de espesor: podrá conseguir ahorros de hasta el 30%.
– No introduzca nunca alimentos calientes en el frigorífico: si los deja enfriar fuera, ahorrará energía.
– Cuando saque un alimento del congelador para consumirlo al día siguiente, descongélelo en el compartimento de refrigerados, en lugar de hacerlo en el exterior. De este modo, tendrá ganancias gratuitas de frío.
– Abra la puerta lo menos posible y ciérrela rápidamente: unos segundos bastan para perder buena parte del frío acumulado.
Ahorrar energía al cocinar.
– Tapa las cacerolas (consumirán menos energía) y utiliza ollas a presión (mejor si se trata de súper rápidas porque consumen menos energía y permiten ahorrar tiempo).
– En cocinas eléctricas aprovecha el calor residual y apágalas cinco minutos antes de terminar (lo mismo en el caso del horno).
– Procura utilizar el microondas en lugar del horno; el uso del primero en lugar del segundo puede suponer ahorros entre un 50% y un 60%.
– Aprovecha la máxima capacidad del horno y evita abrir la puerta innecesariamente. Cada que lo haces, se pierde un 20% del calor que ya se había acumulado.
– Habitúese a la olla a presión. Y mejor, si se trata de las super rápidas (sin apenas pérdidas de vapor durante la cocción): consumen menos energía y ahorran mucho tiempo.
– Baja la llama cuando el líquido comienza a hervir, pues a partir de ese punto, necesita menos energía para mantener el punto de ebullición.
– Apague el horno un poco antes de finalizar su cocción: el calor residual será suficiente para acabar el proceso.
– Utiliza el microondas para cantidades pequeñas de comida. Se ahorra más del 60% energía.
– El horno es un gran consumidor de energía. Utilízalo sólo para grandes cantidades de comida. Evita abrir la puerta del horno en la medida de lo posible, pues esto implica grandes pérdidas de energía.
– Si vas a hornear más de una hora, no es necesario precalentar el horno.
– Si te gustan las bebidas calientes, haz mucha cantidad de una vez y guárdalo en un termo. Podrás disfrutar de tu cacao o café caliente durante la tarde.
– Para descongelar, no uses el micro. Mejor saca la comida del congelador y guárdala en la nevera para que se descogele ahí lentamente.
Ahorrar al fregar.
– Empleas más agua lavando a mano que usando el lavavajillas (hasta un 60% de consumo más).
– Utilice el lavavajillas cuando esté lleno (si necesitas usarlo a media carga, emplea programas económicos).
– Recuerda que calentar el agua supone gran parte del consumo del lavavajillas (si lo pones en frío puedes ahorrar hasta un 75%).
Ahorrar energía al lavar.
– Trata de lavar con programas de baja temperatura (gran parte de la energía que consume la emplea para calentar el agua (un lavado a 90 ºC consume casi el doble de energía que a 60 ºC).
– La mayor parte de la energía que consumen (entre el 80 y el 85%) se utiliza para calentar el agua, por lo que es muy importante lavar, siempre que se pueda, con los programas de baja temperatura.
– Procura utilizar la lavadora por la noche.
– Usa detergentes líquidos.
– Intenta no lavar a media carga (espera a tener suficiente colada como para llenar la lavadora).
– Mantén limpio el filtro de la lavadora.
– La secadora es un gran consumidor de energía. Por tanto, es recomendable limitar su uso a situaciones de urgencia.
– Si emplea la secadora, centrifugue previamente la colada para no hacerla trabajar más. Gastará mucha menos energía.
– Aproveche al máximo la capacidad de su secadora y procure que trabaje siempre a carga completa.
– No seque la ropa de algodón y la ropa pesada en las mismas cargas de secado que la ropa ligera. Estas últimas se secan antes.
– Use el sensor de humedad para evitar que su ropa se seque excesivamente. Ahorrará tiempo y energía.
– Los detergentes líquidos hacen trabajar menos a la lavadora que los sólidos.
– No utilizar más detergente del recomendado, porque un exceso de espuma hace trabajar más a la lavadora.
Ahorrar energía al planchar.
– Acumula toda la ropa que puedas antes de ponerte a planchar. Calentar la plancha sólo para un par de prendas resulta caro.
– Adapta el programa de plancha a la ropa que estés planchando.
– No seques la ropa con la plancha.
– Plancha primero la ropa más gorda y deja para el final la más fina, o la que necesite las temperaturas más suaves, apagando la plancha cuando te toque planchar esas prendas, de forma que aproveches el calor residual.