Actualizado: 21/08/2022
Entre las altas temperaturas, las vacaciones y los días festivos, el consumo doméstico puede variar mucho y, en este contexto, es fundamental gestionar los electrodomésticos con mucho cuidado para evitar el derroche innecesario.
En concreto, el frigorífico, que permanece encendido las 24 horas del día, es uno de los electrodomésticos que más influye en el consumo de verano y al que hay que prestar más atención.
Gracias a pequeños gestos y a un mantenimiento constante, es posible no sólo reducir considerablemente el consumo del frigorífico en verano, sino también mejorar la conservación de los alimentos.
Hemos reunido un vademécum con 7 consejos para gestionar tu nevera de la mejor manera posible, en verano pero también durante el resto del año, para evitar sorpresas desagradables en tus facturas y, al mismo tiempo, respetar el planeta.
- Abrir lo menos posible: El frigorífico y el congelador son electrodomésticos que siempre están en funcionamiento, pero sólo deben abrirse cuando sea estrictamente necesario para evitar la perdida del frío y el aumento de la temperatura interna. Por esta misma razón, es una buena idea llevar o poner los alimentos en el refrigerador rápidamente. Para agilizar la operación, simplemente acostúmbrese a mantenerlos en orden, quizás siempre en los mismos compartimentos.
- No sobrecargar el frigorífico: Un truco importante es no sobrecargar el frigorífico, ya que esto puede impedir que el frío se extienda uniformemente, lo que también compromete la conservación de los alimentos. Por otro lado, si el frigorífico está vacío, es aconsejable poner botellas de agua en su interior, para mantener la temperatura interna constante.
- Cómo colocar los alimentos: En general, es conveniente dejar algo de espacio detrás de las paredes internas para favorecer la circulación del aire y colocar los alimentos en función de sus necesidades de conservación. La zona más fría del frigorífico se encuentra en la parte inferior, por encima de los cajones de la verdura, donde es aconsejable guardar los alimentos que perecen más rápidamente como la carne y el pescado, mientras que la temperatura aumenta a medida que se sube. También es conveniente mantener los alimentos alejados de la pared trasera, ya que es una zona húmeda y fría donde pueden formarse gotas de escarcha y agua.
- Dónde colocar el frigorífico: En cuanto a la ubicación, lo mejor es mantener el frigorífico en la parte más fresca de la cocina, lejos de fuentes de calor como el horno, la cocina, el radiador o la luz solar directa. Además, es aconsejable no colocar el frigorífico en espacios muy estrechos, que podrían dificultar la salida del calor del ventilador, y dejar un espacio de al menos 10 cm entre la pared y la parte trasera.
- Ajusta la temperatura con cuidado: A menudo el calor excesivo hace que el frigorífico se ajuste a una temperatura muy baja. Este hábito, sin embargo, conduce a un aumento exponencial del consumo de energía. En el caso del frigorífico, la temperatura recomendada está en torno a los 4°C: por cada grado por debajo, el consumo aumenta un 5% y, en cualquier caso, no serviría para conservar los alimentos, que se podrían llegar a congelar.
- No meter alimentos demasiado calientes: Es fundamental tener cuidado de no poner en el frigorífico alimentos todavía muy calientes. De hecho, los alimentos muy calientes pueden provocar un choque térmico que hace que el aparato consuma más energía: a mayor temperatura usa más energía para garantizar el frío necesario. Además de que los alimentos correrían el riesgo de estropearse.
- No olvides el mantenimiento: Los electrodomésticos que no funcionan correctamente consumen más energía y pueden ser incluso peligrosos, por lo que es importante recordar que hay que realizar un mantenimiento periódico. En el caso del frigorífico, por ejemplo, es importante comprobar periódicamente el buen estado de las juntas de goma, sustituyéndolas si están despegadas o deterioradas, y acordarse de limpiar el condensador de la parte trasera del aparato. La capa de polvo que se forma no permite una buena refrigeración y provoca un aumento del consumo. También es importante descongelar el aparato en cuanto se forme una capa de hielo de más de 5 mm de grosor. Las formaciones de hielo, al crear una capa aislante, eliminan el frío del aparato, provocando un aumento del consumo energético. Por eso, hay que descongelar el frigorífico antes de irse de vacaciones de verano, desconectándolo de la toma de corriente y dejando la puerta abierta.
Antonio Martínez dice
Exelentes recomendaciones, prácticas y muy utiles