En el corazón de Berlín, el estudio de arquitectura danés 3XN ha finalizado recientemente el «Cube Berlin«, un moderno y llamativo edificio de oficinas que muestra los últimos avances en sostenibilidad, digitalización y diseño.
Inaugurado este mes, Cube Berlín es un nuevo hito de la ciudad con su fachada escultórica y reflectante diseñada para atraer al público en Washingtonplatz. Se espera que el edificio obtenga la certificación DNGB Gold, está diseñado con tecnologías de oficina inteligentes que aprenden y se adaptan al comportamiento del usuario para optimizar el confort y la eficiencia energética.
Diseñado como una reinterpretación prismática del cubo, el escultural Cube Berlín mide 4,25 metros en todas las direcciones. Los cristales reflectantes envuelven el exterior para reflejar el entorno y atraer a los transeúntes, permitiendo que la luz natural entre en el edificio sin comprometer la privacidad.
Las ventanas de suelo a techo le dotan de unas vistas impresionantes de los puntos de referencia de Berlín, y unas selectas aberturas operables permiten la ventilación natural. Los revestimientos solares de la fachada, descritos por los arquitectos como una «piel osmótica«, junto con la protección solar externa, mitigan la ganancia solar no deseada y aseguran un alto ahorro de energía.
Además de proporcionar el lógico interés visual, la fachada prismática reflectante también ofrece oportunidades para terrazas exteriores en todos los niveles. Se ha creado un espacio exterior en el tejado – la «quinta fachada» – que cuenta con una espaciosa terraza en la azotea compartida por los inquilinos de las oficinas. El edificio de oficinas tiene 10 pisos de espacio para oficinas flexibles y para varios inquilinos, así como un mercado en la planta baja y un vestíbulo de oficinas, así como un aparcamiento subterráneo, salas de conferencias y una terraza en la azotea.
Como «edificio inteligente de nueva generación«, el Cube Berlín permite una mayor interactividad entre los usuarios y las distintas operaciones del edificio. La información operativa del edificio se almacena en un servidor de «cerebro digital» que recoge datos sobre el flujo y el consumo de energía. Los usuarios pueden utilizar una aplicación para interactuar con el sistema controlando a distancia características como el control de acceso, la calefacción y la refrigeración interiores, el mantenimiento, el suministro de energía, la reserva de habitaciones y aparcamientos, la carga de coches y bicicletas eléctricos y mucho más.
De esta manera, el edificio y sus usuarios entran en una interacción en la que ambos aprenden el uno del otro. El edificio aprende a ajustarse a las preferencias de sus usuarios, mientras que éstos pueden controlar y adaptar el edificio según sus deseos y necesidades.
Más información: 3xn.com
Deja una respuesta