Un nuevo informe del instituto de investigación brasileño Imazon muestra que la selva amazónica ha experimentado el mayor nivel de deforestación anual en una década. A pesar de los llamamientos mundiales a la acción, las políticas del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, han contribuido a aumentar la deforestación.
Los datos publicados por Imazon muestran que 10.476 kilómetros cuadrados de la Amazonia fueron deforestados entre agosto de 2020 y julio de 2021. Eso es casi 13 veces el tamaño de la ciudad de Nueva York. Según los datos de Imazon, la superficie deforestada este año es aproximadamente un 57% mayor que la del año anterior y es la peor desde 2012.
Los científicos han advertido anteriormente que la deforestación continua augura el fin de la zona que una vez fue conocida como uno de los mayores sumideros de carbono del mundo. El mes pasado, otro estudio reveló que la selva amazónica ha empezado a emitir más carbono del que absorbe. Las actividades humanas, como la agricultura y la tala, son las responsables de este cambio.
Carlos Souza, investigador de Imazon, ha criticado al gobierno brasileño por establecer políticas que van en contra de la agenda climática mundial. «La deforestación sigue fuera de control«, dijo Souza. «Brasil va en contra de la agenda climática global que busca reducir urgentemente las emisiones de gases de efecto invernadero«.
Según Souza, es necesario que el gobierno brasileño tome medidas urgentes. Pidió que se reanuden las políticas que prohíben la destrucción de la selva, como la «deforestación dirigida por la agricultura ilegal«. Souza también apunta a los recortes presupuestarios para el Ministerio de Medio Ambiente como una de las causas de la ralentización de las acciones de protección ambiental.
Desde que asumió el poder, el presidente Bolsonaro ha facilitado un debilitamiento de las políticas de protección del medio ambiente. Aunque Bolsonaro ha desplegado miles de soldados para combatir la deforestación ilegal, la definición de su administración del término «deforestación ilegal» ha sido cuestionada.
Marcio Astrini, secretario ejecutivo del Observatorio del Clima, dice que la estrategia de Bolsonaro ha sido hasta ahora ineficaz. «Los datos muestran que no ha funcionado«, dijo Astrini. «Ninguna operación del ejército podrá enmascarar o revertir los ataques del gobierno federal contra la selva«.
Astrini dijo que las tasas de deforestación en 2021 ya son casi un 50% más altas que la tasa de 2018, cuando Bolsonaro asumió el cargo. «Las medidas que benefician la exportación de madera ilegal -la razón por la que Salles tuvo que dejar el cargo- siguen vigentes«, dijo.
Vía imazon.org.br
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