Actualizado: 11/11/2022

Un barco cargado de petróleo encalló en Rennell Oriental, un atolón catalogado como Patrimonio de la Humanidad. Sus residentes están siendo seriamente afectados ante este desastre ecológico.
La isla Rennell.
Es un atolón coralino declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. En el año 2013 entró en la lista de la Unesco del patrimonio mundial en peligro debido a la excesiva tala de árboles.
El paradisíaco lugar se ha visto afectado por un derrame de crudo. El granelero MV Solomon Trader, con bandera de Hong Kong, encalló en el arrecife de Kongobainiu después de ser liberado de su amarre. Transportaba 700 toneladas de petróleo.
Los pueblos costeros de Matanga, Vangu, Lavangu y Kangava han sido los más afectados por este derrame de petróleo. Han perdido las fuentes de agua potable de los manantiales y la fauna marina se ha visto seriamente perjudicada. Ya no pueden pescar.
Algunos pobladores locales han informado que se quemaron después de entrar en contacto con el petróleo mientras trataban de limpiarlo. También se ven afectados por el fuerte olor.
El barco ha derramado 80 toneladas de petróleo en las paradisíacas aguas de la bahía. La mancha se extiende seis kilómetros.
Las autoridades quieren detener el flujo de petróleo antes de que llegue a la parte más meridional de la isla, conocida como East Rennell. La zona alberga el atolón de coral más grande del mundo.

Rennell Oriental.
Ocupa una tercera parte de las 87.500 hectáreas de la isla Rennell, el territorio insular más austral de las Islas Salomón, y se extiende en torno al lago Tegano. En el área hay densos bosques que albergan alrededor de un millar de especies.
King Trader y la aseguradora surcoreana, Korea P&I Club no están atendiendo el problema con la suficiente celeridad que requiere. La compañía de seguros contrató a una compañía de salvamento para retirar el buque. Sin embargo, la mayor parte del petróleo sigue a bordo.
Las comunidades cercanas al sitio donde encalló el granelero sufren las consecuencias. Por ejemplo, los habitantes de la Bahía de Lughu no dispondrán de pescado fresco por un período de tiempo indeterminado.
Un desastre ecológico en toda regla.
Más información: www.nytimes.com
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