Los drones VTOL (despegue y aterrizaje vertical) son bastante versátiles, ya que combinan el vuelo vertical de un helicóptero con el rápido y eficiente vuelo de un avión de ala fija. Este tiene una autonomía extendida, gracias a un sistema de energía de célula de combustible.
El dron experimental fue desarrollado por un equipo de la Universidad Tecnológica de Delft (TU Delft) de los Países Bajos, trabajando con colegas de la Marina Real de los Países Bajos y el Servicio de Guardacostas.
Tiene una envergadura de 3 metros, pesa 13 kg, y cuenta con 12 unidades de motor/hélice distribuidas en sus dos alas. Incluso si varios de los motores fallan, puede volar y aterrizar con éxito.
Al despegar y aterrizar, su cuerpo está inclinado hacia arriba, permitiendo que las hélices trabajen más como las palas del rotor de un helicóptero. Para el vuelo hacia adelante, el empuje se redistribuye electrónicamente entre los 12 motores, haciendo que se nivele en una orientación horizontal.
Incorpora una pila de combustible de 800 vatios, alimentada por un cilindro de hidrógeno compuesto de carbono de 300 bares y 6,8 litros. En el vuelo, los motores se alimentan únicamente por esa célula de combustible, que también carga un paquete de baterías a bordo. Para los despegues y aterrizajes, que requieren mucha más energía, tanto la célula de combustible como la batería alimentan los motores.
En un reciente ensayo realizado frente a la costa holandesa, el dron despegó de la cubierta de un barco guardacostas, y luego voló mar abierto durante 3 horas y media antes de aterrizar de nuevo en el buque. Se espera que la aeronave se pueda usar en aplicaciones como el reconocimiento y la vigilancia.
Puedes verlo en acción en el vídeo a continuación.
Más información: tudelft.nl
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