
José Alberto Almazán-Catalán y su equipo lograron capturar imágenes irrefutables tras cinco años de expediciones. Vive en los bosques nubosos de la Sierra Madre del Sur, una región remota y poco estudiada.
- Conejo Omiltemi redescubierto en México tras 120 años.
- Especie endémica de bosques nublados de la Sierra Madre del Sur.
- Diferente al conejo común: cola negra, cuerpo compacto.
- Detectado con cámaras trampa y apoyo de comunidades locales.
- Clave para el equilibrio ecológico local.
- Aporta datos cruciales para la conservación global.
El conejo de Omiltemi vuelve a la vida tras 120 años sin rastro
La naturaleza a veces nos sorprende con regresos extraordinarios. Uno de los más notables es el del conejo de Omiltemi (Sylvilagus insonus), una especie endémica de México que no había sido vista oficialmente desde 1904. Su reciente redescubrimiento en los bosques de la Sierra Madre del Sur representa un hito para la ciencia y la conservación de la biodiversidad.
Un redescubrimiento impulsado por ciencia y comunidad
El regreso de este escurridizo lagomorfo fue posible gracias al trabajo del ecólogo José Alberto Almazán-Catalán y su equipo del Instituto para el Manejo y Conservación de la Biodiversidad (INMACOB). Durante cinco años, realizaron expediciones en zonas montañosas de difícil acceso, basándose en información local y evidencias visuales recientes.
Las cámaras trampa colocadas estratégicamente lograron captar imágenes del conejo en su hábitat natural, confirmando que la especie aún habita los bosques nublados de coníferas en altitudes elevadas. Este entorno, caracterizado por su humedad y vegetación densa, ha sido históricamente poco explorado por la comunidad científica.
Diferencias físicas clave
A diferencia del conejo común, el conejo de Omiltemi presenta una cola corta y negra, además de una estructura corporal más compacta. Durante décadas, esta sutil diferencia contribuyó a su confusión con otras especies más comunes, dificultando su identificación precisa.
El papel de las comunidades locales
Las comunidades locales jugaron un papel esencial en el redescubrimiento. Durante años hablaron de un “conejo de cola oscura”, pero sus testimonios fueron ignorados. Fue gracias a la entrega de especímenes recientes y a la colaboración directa con los investigadores, que se redefinieron los criterios de búsqueda y se identificaron las zonas de mayor probabilidad de hallazgo.
Este ejemplo refuerza la importancia de integrar el conocimiento tradicional en los estudios de conservación. Además, los habitantes han mostrado disposición para adaptar sus prácticas de caza si se demuestra que la especie está en riesgo.
Por qué desapareció tanto tiempo
La larga desaparición del conejo de Omiltemi se debe a varios factores:
- Distribución extremadamente limitada: solo habita en bosques nublados de montaña entre 2.400 y 3.200 metros de altitud.
- Terreno accidentado: inaccesible para la mayoría de los estudios científicos.
- Falta de fondos y atención científica: la región no ha sido prioritaria en las políticas de biodiversidad.
- Similitud con otras especies: llevó a décadas de errores de identificación.
Tecnología para encontrar lo invisible
La combinación de herramientas modernas como drones, datos satelitales, cámaras de movimiento y entrevistas comunitarias permitió realizar una búsqueda más precisa y eficiente. Este enfoque híbrido entre tecnología y conocimiento humano ha demostrado ser efectivo para el rastreo de especies perdidas.
El proyecto fue parte de la iniciativa Search for Lost Species de Re:wild, y representa el 13.º redescubrimiento exitoso bajo esta campaña global.
Implicaciones ecológicas y de conservación
El redescubrimiento del conejo de Omiltemi no es solo una curiosidad científica: tiene importantes consecuencias ecológicas. Al ser presa de depredadores como serpientes, búhos, tigrillos, ocelotes, pumas y coyotes, su presencia ayuda a mantener el equilibrio trófico del ecosistema. Además, contribuye a la dispersión de semillas y a la salud del suelo forestal.
Con estos datos, organismos internacionales como la Lista Roja de la UICN pueden ajustar sus evaluaciones y recomendaciones de conservación.
Anónimo dice
La jodieron con mostrar esa noticia ahora ya lo mataron los pasado a hambre que van solo a matar por diversión
Luis dice
Muy bien redescubrimiento, nuestras mascotas (perros y gatos) suelen causar gran daño a la fauna nativa
Rolando dice
aquí cerca de oaxaca capital hemos visto un conejo parecido es solitario y pocas veces sale de lugares oscuros y protegidos aquí principalmente se ve en carrizales muy tupidos o lugares donde no hay perros o gatos