No, tus ojos no te engañan – las aguas se han abierto!. Este increíble puente «hundido», ubicado en los Países Bajos está dando a los visitantes una manera única de acceder a una hermosa fortaleza holandesa del siglo XVII.
Diseñado por RO & AD Arquitectos, el Puente de Moisés parte las aguas que rodean la fortaleza, lo que permite el paso de peatones. El puente está hecho de madera ecológica de Accoya® Accsys Technologies, que es a la vez FSC y PEFC.
Hace unos días hablábamos de otro puente, pero esta vez de bicicletas en Copenhague. Una espectacular obra que mejora las comunicaciones en bicicleta de la ciudad danesa.
Fosos y fortificaciones se construyeron en esta región holandesa durante el siglo XVII con el fin de proporcionar protección contra la invasión de Francia y España.
Fort de Roovere estaba rodeado de un foso que era demasiado profundo para cruzarlo, y no tan profundo para barcos. La fortaleza había estado protegida hasta ahora.
A lo lejos, el puente de Moisés no es visible a simple vista. El flujo de agua del foso aparece continuo, ya que el nivel de agua se mantiene constante, lo que refleja el follaje circundante.
Cuando los visitantes se acercan a la fortaleza, el puente aparece con sus paredes inclinadas.
Los costados del puente están hechos de Accoya, una madera duradera que se utiliza para la cubierta del puente.
Este tipo de madera sufre un proceso de transformación no tóxica que ayuda a prevenir la descomposición por hongos y aumenta su durabilidad, por lo que es un material ideal para un puente bajo el agua.
El puente de Moisés da a los visitantes una oportunidad única de pasar a través de las aguas.