La cifra anunciada por el ministro chino de Medio Ambiente en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: en 2014, China emitió 12.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.
Se espera que las emisiones chinas alcancen su punto máximo en 2030 y luego disminuyan drásticamente en los siguientes años.
Las emisiones de gases de efecto invernadero de China aumentaron en más del 50% en el periodo 2005-2014: según el informe presentado por el Ministro de Medio Ambiente de China a las Naciones Unidas, en 2014 las emisiones del país asiático alcanzaron una cifra récord de 12.300 millones de toneladas, lo que supone un aumento del 53,5% en comparación con los niveles indicados por las autoridades chinas sólo nueve años antes.
China es el mayor emisor del mundo: en un acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), las autoridades chinas se han comprometido a proporcionar una especie de «inventario» de emisiones basado en criterios científicos específicos (y fiables). El gobierno de Pekín ya ha presentado dos informes en 2005 y 2010.
El informe de emisiones de 2014 tiene en cuenta el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y metano, pero no considera ciertos aspectos que mitigan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera, como las áreas reforestadas o las áreas que han sido recuperadas.
Según el ministro de Medio Ambiente, Li Ganjie, si se hubiera tenido en cuenta el efecto de los bosques y de otros «sumideros de carbono», el cálculo de las emisiones chinas se habría reducido a 11.186 millones de toneladas, frente a los niveles registrados en 2010 «sólo» en un 17%.
China espera que sus emisiones de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo alrededor de 2030: un análisis reciente de Bloomberg New Energy Finance indica que el punto máximo de emisiones del sector energético chino debería llegar ya en 2027 y que para 2030 los niveles de CO2 y metano en el sector podrían caer en un 79% en comparación con la cifra de 2005.
El sector energético chino está experimentando una rápida reconversión gracias al abandono del carbón y a un nuevo impulso impuesto al sector nuclear con la previsión de construir al menos 6-8 centrales al año hasta 2030. Al mismo tiempo, China sigue siendo uno de los principales inversores mundiales en energías renovables, con un crecimiento récord (+12%) de la capacidad instalada en 2018.
La primavera pasada, el gobierno de Pekín lanzó una campaña masiva contra la contaminación que llevó a cientos de controles en fábricas y empresas de todo el país y a la persecución pública de 82 empresas estatales por la contaminación.
Un estudio publicado en Nature Geoscience el año pasado estimó que las emisiones chinas para 2013 habían alcanzado los 9.530 millones de toneladas y estaban a punto de disminuir en los próximos años.
El informe presentado por las propias autoridades chinas a la ONU contradice las previsiones, mientras que es probable que los niveles récord alcanzados en los últimos años por sectores particularmente hambrientos de energía, como la producción de metales, hayan hecho que las emisiones sean incluso superiores a las declaradas para 2014.
Deja una respuesta