Actualizado: 05/07/2024
Entre las acciones para ser más eficientes en nuestro día a día, tenemos la reducción del uso de aparatos que consumen mucha energía. Los aparatos de aire acondicionado son uno de ellos. Aunque garantizan el confort interior, sus costes de consumo son bastante elevados.
¿Y si pudiera reducir sus gastos de electricidad con este nuevo material? Es una «espuma programable», como la llaman sus fabricantes.
Espuma aislante reversible.
Cuando se integra en un sistema de aislamiento, el material actúa como una especie de aislante. Su característica especial es su capacidad para actuar a altas temperaturas. La espuma se expande bajo la acción del calor, abriendo sus poros.
Los investigadores han trabajado con el material de forma que la expansión se produzca a una temperatura determinada. Al expandirse, la espuma bloquea los espacios de ventilación entre las paredes y los revestimientos. Esto bloquea la entrada de aire caliente.
Por la noche, cuando refresca, el material vuelve a su tamaño original, porque sus poros se han cerrado.
Esta contracción permite que el aire, ahora refrigerado, entre y circule por el interior para enfriar las habitaciones. La ventaja particular del material es, por tanto, su reversibilidad, ya que es capaz de volver siempre a su forma normal.
Según la Dra. Susanne Lehmann-Brauns, un sistema de este tipo podría ahorrar hasta un 40% en costes energéticos.
Un material compatible con los tubos de calor.
Además de su uso en el aislamiento de viviendas, el material alemán también puede funcionar con tuberías de calor.
Los tubos de calor son un tipo de tubería con un sistema de refrigeración integrado. Están equipados con un circuito de refrigeración. Para saber cómo intervendría potencialmente la famosa espuma, es necesario comprender de antemano el funcionamiento de un tubo de calor. Su función consiste en recuperar y luego rechazar las calorías de las fuentes de calor interiores para enfriar una habitación. En el corazón de este sistema hay un refrigerante.
El refrigerante se encuentra inicialmente en estado líquido, pero se vaporiza antes de licuarse de nuevo para captar más calor. El problema es que no siempre se necesita el tubo de calor para hacer esto. Aquí es donde la espuma entra finalmente en juego: a veces puede adsorber el líquido (refrigerante) para detener temporalmente el ciclo. Durante esta parada, el aparato deja de consumir energía. A cierta temperatura, la espuma libera el fluido que ha adsorbido para permitir que el tubo de calor reanude su trabajo.
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