
Cuando el hidrógeno se produce a partir de fuentes renovables, es una solución eficaz para «limpiar» las industrias, los camiones, la aviación, el transporte marítimo y la calefacción que hacen un uso intensivo de la energía.
Un nuevo estudio publicado sobre el potencial del hidrógeno verde (a partir de renovables) y del hidrógeno azul (a partir de fósiles con captura de CO2).
Cuando el sueño de una economía basada en el hidrógeno parecían haberse desvanecido, de repente ha recuperado repentinamente el impulso.
Con la creciente implantación de las energías renovables y el nuevo proceso de electrificación del consumo, el hidrógeno verde ha salido de su nicho experimental para hacerse un hueco en el mercado. Pero, ¿cuáles son los verdaderos potenciales de este combustible en el proceso mundial de descarbonización? La respuesta proviene del nuevo estudio (texto en inglés) de la Agencia Internacional de Energías Renovables IRENA.
El documento analiza el papel del hidrógeno en la transición energética global donde distingue las opciones de suministro en tres categorías: hidrógeno gris (basado en combustibles fósiles), hidrógeno azul (basado en combustibles fósiles pero con captura de CO2) e hidrógeno verde (basado en renovables).
IRENA predice que un 8% del consumo final de energía en el mundo podría estar relacionado con el hidrógeno para el año 2050. Pero para que sea útil en la reducción de las emisiones que afectan al cambio climático, su síntesis debe ser necesariamente sostenible.
Según el informe, el hidrógeno verde tiene un alto potencial de uso, especialmente en los sectores considerados difíciles de carbonizar, como las industrias más intensivas en el consumo de energía, el sector químico y el sector del transporte comercial, así como la aviación y el transporte marítimo.
Y no sólo eso. Los electrólisis (plantas que, a través de la electricidad, rompen las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno) pueden aportar flexibilidad a la demanda facilitando la penetración de una mayor cantidad de energía eólica y fotovoltaica en la red, una característica que ya está permitiendo que el sector aumente su tamaño de los actuales megavatios a gigavatios en los mercados energéticos europeos más avanzados.
El documento ni siquiera excluye una posible sinergia entre la distribución de hidrógeno verde y azul, dada la posibilidad de economías de escala en el uso de vehículos o en la logística.
Pero, advierten los autores, «la transición energética basada en el hidrógeno no se producirá de la noche a la mañana«. El sector necesitará normas y financiación adecuadas, así como una nueva infraestructura de suministro.
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