Actualizado: 01/07/2022
Las hojas del helecho norteamericano han inspirado a un equipo de investigadores de la Universidad RMIT de Australia para crear un prototipo de electrodo pionero basado en el grafeno, que podría resolver los desafíos del almacenamiento de energía solar e, incluso, abrir la puerta a la recarga de ordenadores portátiles, tablets o teléfonos móviles a través del sol, ya que puede aumentar hasta 30 veces la capacidad de las tecnologías de almacenamiento actuales.
La creación es fruto del trabajo de la Universidad RMIT de Australia, que partió del estudio de las particularidades de las hojas de los helechos, especialmente su sistema cardiovascular y sus virtudes para almacenar energía y transportar agua alrededor de la planta.
Siguiendo el diseño de estas hojas mediante la reproducción de su patrón fractal, el equipo de investigadores que encabeza el profesor Min Gu, ha dado un paso adelante para almacenar energía solar que, considera el equipo, puede incrementar en un 3.000% la capacidad actual de almacenaje gracias a este estudio.
En concreto, la Universidad RMIT ha desarrollado un prototipo de electrodo de grafeno, cristal de carbono de enormes potencialidades para su aplicación en los sistemas de energía solar, que supone un importante avance en el desarrollo de películas delgadas y flexibles para la captura y el almacenamiento de energía solar.
Además, este prototipo está ideado para funcionar junto a supercondensadores, elementos muchísimo más potentes que una batería convencional para la carga y descarga de energía. En combinación con los condensadores, el prototipo “puede incrementar radicalmente la capacidad de almacenaje”, asegura el responsable del equipo de investigadores, quien sostiene que esta combinación ofrecería “fiabilidad a largo plazo y liberación rápida de energía, por ejemplo en un día nublado”.
Pero además de contar con más carga y mantener la energía por más tiempo, los electrodos de grafeno tienen más ventajas, especialmente las que se derivan de sus películas flexibles y extrafinas; que podrían tener un sinfín de potenciales aplicaciones.
“Las películas de energía solar finas y flexibles pueden utilizarse casi en cualquier sitio que uno pueda imaginar, desde ventanas de edificios, hasta paneles para coches, teléfonos móviles o relojes inteligentes”, sostiene Min Gu quien asegura que “podríamos dejar de necesitar para siempre baterías para cargar nuestros teléfonos”. Ante esta expectativa, el investigador anticipa que, tras este avance, es momento de concentrarse en la energía solar flexible para avanzar hacia la electrónica autorrecargable y dependiente únicamente del sol.
Más información: Universidad RMIT de Australia
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