Actualizado: 05/07/2024
Creada en 2015 por cinco estudiantes de ingeniería de la Universidad de Grenoble, Hydr’Open es una cooperativa francesa cuyo objetivo es desarrollar y distribuir tecnología de microturbinas hidráulicas accesibles. Más concretamente, el equipo está construyendo su visión a través de una turbina de tipo Banki que podría despacharse por todo el mundo al mayor número posible de personas sin acceso a la electricidad. Hydr’Open aspira a diseñar y fabricar sus productos utilizando el menor número posible de medios y materiales, al tiempo que produce energía hidráulica suficiente para alimentar una bombilla, un radiador o un frigorífico.
«Empezamos este proyecto para ofrecer una solución limpia a los problemas de acceso a la energía, lo que mejoraría los problemas de acceso a la educación a través de la iluminación en escuelas y hogares, la salud, el desarrollo de actividades económicas y la seguridad alimentaria a través de sistemas eléctricos. Por otro lado, este proyecto también pretende llegar a las poblaciones que ya tienen acceso a la electricidad pero que quieren participar en la transición energética«, escribe la asociación.
Con su proyecto, los estudiantes pretenden resolver las dificultades de acceso a la energía en determinadas zonas. En la página web de la asociación mencionan el continente africano, donde las necesidades energéticas están aún lejos de estar cubiertas. Sin embargo, en el mismo territorio, el potencial hidráulico sería importante. Así, la turbina está diseñada para electrificar zonas rurales sin electricidad. Funciona en cascadas de 2 a 15 m con un caudal de varios cientos de litros por segundo. Tras las pruebas realizadas hace unos años, los autores del proyecto esperaban alcanzar una producción de 50 kW.
El objetivo de la asociación es promover y difundir la tecnología de turbinas hidráulicas de código abierto.
No es mucho para un pueblo, pero bastaría para mejorar las condiciones de vida en general. El acceso a la electricidad tendría importantes repercusiones en muchos sectores locales: educación, sanidad, seguridad alimentaria y actividades económicas. En los lugares más avanzados, el proyecto también forma parte de la transición energética. De hecho, la turbina hidráulica sustituiría a las fuentes contaminantes de combustibles fósiles. Además, a diferencia de la energía solar y eólica, no es intermitente y puede producir energía día y noche, siempre que haya agua disponible.
En el mundo de la informática, el término «código abierto» implica que la tecnología que hay detrás del producto se pone a disposición del público en general. Con este concepto, la asociación quiere permitir «el acceso de todos al conocimiento complejo«. Para difundir el sistema del dispositivo, los estudiantes han ofrecido cursos de formación en autoconstrucción. También han elaborado un manual de construcción para su distribución. El equipo propone una turbina autoconstruida con materiales reciclados.
El proyecto pretende crear un prototipo de turbina hidráulica que optimice el coste de fabricación y simplifique la cadena de suministro y el mantenimiento. No obstante, algunas piezas deben ser «nuevas» para cumplir determinados requisitos del sistema, explica la asociación. Esto garantizará que el aparato funcione correctamente y sea más rentable. La turbina debe ser asequible, fácil de construir, funcional y, sobre todo, rentable.
En 2021 y 2022, la cooperativa puso a prueba sus ideas en tres colaboraciones: El Demostrador Banki (2022) y el banco de pruebas de transmisión para un alternador de automóvil (2021), ambos realizados con estudiantes de primer curso del INP de Grenoble, y, por último, la Misión Khum’eau (2022) en Uzbekistán. Esta última se organizó junto con Deux Gouttes d’eau (2GE), el investigador medioambiental Thibault Péan y el diplomado de Grenoble Léo Desmulliez.
Más información: hydropen.org
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