Actualizado: 05/07/2024
Japón comenzará a verter aguas residuales de Fukushima en 48 horas Aproximadamente 1,34 millones de toneladas de agua radiactiva se verterán al mar durante los próximos 30 años.
En un intento por gestionar las consecuencias del desastre nuclear en Fukushima, Japón ha anunciado la liberación de agua radiactiva en el océano. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre esta medida.
Un mar de cifras: 1.34 millones de toneladas de agua radiactiva
El Primer Ministro japonés, Fumio Kishida, informó recientemente que Japón comenzará a liberar las aguas residuales de la planta nuclear de Fukushima este jueves. Para ponerlo en perspectiva, estamos hablando de aproximadamente 1.34 millones de toneladas de agua radiactiva, ¡lo que equivale a 500 piscinas olímpicas! Estas cifras asombrosas serán vertidas gradualmente en el mar durante los próximos 30 años.
¿Es seguro este vertido?
La compañía encargada de la planta, Tokyo Electric Power (Tepco), ha tratado el agua para eliminar más de 60 sustancias radiactivas. Sin embargo, no todo es tan limpio como parece. El agua todavía contendrá isótopos radiactivos de tritio y carbono-14 que no se pueden eliminar mediante filtración. Este detalle ha generado oposición, especialmente entre vecinos como China, Hong Kong y las comunidades pesqueras locales.
La respuesta internacional y preocupaciones locales
China no se ha mordido la lengua, comparando el océano con un «alcantarillado privado» japonés. A raíz del anuncio, Hong Kong ha expresado que restringirá la importación de ciertos productos marinos japoneses. No obstante, es relevante mencionar que tanto China como Corea del Sur ya habían prohibido la importación de pescado de Fukushima, aunque Corea del Sur apoya los planes de liberación de aguas residuales.
Kishida, consciente de las inquietudes, destacó que este paso es esencial para desmantelar la planta nuclear de Fukushima y revitalizar la zona. Aseguró que el gobierno se compromete a respaldar a la industria pesquera durante las próximas décadas y ha destinado 206 millones de dólares para compensar a los pescadores por posibles daños a su reputación.
La perspectiva de la IAEA
La Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA) ya había revisado en julio los planes de Japón. Según este organismo de la ONU, la liberación gradual de agua tratada tendría un impacto «despreciable» en términos radiológicos para las personas y el medio ambiente.
El director general de la IAEA, Rafael Mariano Grossi, afirmó que Japón se está apegando a las normas internacionales de seguridad.
Un poco de historia
Después de la tragedia nuclear de 2011, Japón comenzó a almacenar aguas residuales en tanques especialmente diseñados. Sin embargo, a una década del desastre, el espacio de almacenamiento está llegando a su límite, lo que ha impulsado la decisión de liberar el agua al océano.
Aunque este proceso de liberación se basa en investigaciones y normativas internacionales, los próximos años serán decisivos para evaluar el impacto real de esta decisión en el medio ambiente y la economía local.
Ciudadano Chalaco dice
Considero un desatino total, y maltrato brutal a los ecosistemas marinos, del sector colindante a extremo oriente , del Oceano Pacifico. La naturaleza, el medio ambiente, no son un vertedero de desechos nucleares. No olvidemos que la naturaleza nos da de comer, nos da aire para respirar, y calor suficiente, para sentirnos abrigados, y no congelarnos en el frio radical del espacio (por donde circula nuestro planeta (nuestro hogar)).
Seria mejor que, de una buena vez se descarte la energia nuclear como fuente de energia, porque nos expone a peligros subitos, cuyas consecuencias, son de muy largo plazo.
Si llegan a verter esas aguas radioactivas en el oceano, espero que no circulen (esos elementos radioactivos) en la totalidad, o gran parte de la cuenca del Pacifico, que comprometeria recursos hidrobiologicos de la costa oeste de toda la America, ademas de Oceania.
Espero que los hermanos japoneses, reflexionen y tomen una mejor solución al problema de Fukushima.
Saludos desde Callao – Peru.