Se sabe que los insectos perciben y aprovechan los campos eléctricos, pero una nueva investigación demuestra que los enjambres pueden producir cargas eléctricas atmosféricas.
Al medir el alcance de esta influencia, los científicos descubrieron que los grandes enjambres podían producir tanta carga como una nube de tormenta.
Las abejas tienen una relación más íntima con la electricidad de lo que cabría esperar. Perciben los cambios en los campos eléctricos para dirigirse a las flores. Las cargas estáticas contribuyen a que el polen se adhiera a ellas. Y pueden adquirir una carga eléctrica mientras vuelan por el aire. Pero no se había investigado qué influencia pueden tener las abejas en la carga eléctrica atmosférica.
Siempre nos fijamos en cómo la física influía en la biología, pero en algún momento nos dimos cuenta de que la biología también podría estar influyendo en la física. Nos interesaba saber cómo los distintos organismos utilizan los campos eléctricos estáticos que están prácticamente en todo el entorno.
Ellard Hunting, primer autor del nuevo estudio.
Así pues, los investigadores de la Universidad de Bristol y la Universidad de Reading midieron los campos eléctricos cerca de las abejas melíferas en enjambre.
El equipo colocó un monitor de campo eléctrico cerca de las colmenas de investigación y midió los cambios cuando comenzó el comportamiento de enjambrazón.
Y, efectivamente, las abejas melíferas en enjambre elevaban la electricidad atmosférica entre 100 y 1.000 voltios por metro, dependiendo de la densidad de los insectos dentro del enjambre.
A partir de este punto de partida, el equipo desarrolló un modelo que permitía extrapolar la influencia de otros insectos enjambres en la carga eléctrica atmosférica.
Las langostas son las que tienen un mayor impacto, ya que pueden formar enjambres de dimensiones increíbles, «bíblicas».
Los investigadores midieron su carga y la combinaron con los registros de sus densidades durante el enjambre, y descubrieron que pueden producir cargas eléctricas atmosféricas similares a las de una nube de tormenta.
El equipo afirma que la influencia de los insectos en enjambre en el campo eléctrico atmosférico es un factor que actualmente se pasa por alto en los modelos climáticos y meteorológicos. También sugiere que otros organismos, como las aves y los microbios, podrían tener efectos similares.
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