
Un nuevo estudio realizado en Colorado muestra que los paneles solares en tierras verdes pueden reducir el estrés hídrico, mejorar la humedad del suelo y aumentar el crecimiento de las plantas en aproximadamente un 20% o más.
- Paneles solares aumentan humedad del suelo.
- Crecen más plantas: hasta +90 % en bordes.
- Mejoran ecosistemas incluso en años secos.
- Sombra + agua de escorrentía = efecto positivo.
- Potencial aún mayor si se ajusta el diseño.
Las granjas solares reducen el estrés hídrico, mejoran el suelo y la vegetación
Una investigación llevada a cabo por las universidades de Colorado State y Cornell, publicada en Environmental Research Letters, ha demostrado que las instalaciones solares sobre pastizales áridos no solo generan electricidad, sino que también ayudan al medio ambiente. El estudio, basado en datos recogidos durante cuatro años en una granja solar agrivoltaica en Longmont (Colorado), confirma que los paneles solares pueden mejorar la retención de agua del suelo, estimular el crecimiento de plantas y aumentar la productividad del ecosistema, incluso en condiciones climáticas adversas.
Efectos observados en la producción vegetal
Durante el periodo de observación, que incluyó tanto años secos como con lluvias por encima del promedio, los investigadores detectaron aumentos significativos en la producción primaria neta aérea (ANPP), una métrica clave de productividad vegetal:
- +20 % de ANPP bajo los paneles respecto a zonas sin sombra.
- +90 % de ANPP en los bordes de los paneles, donde se combinan sombra parcial y buena iluminación.
- En años promedio o húmedos, el crecimiento también mejoró con aumentos del 28 % y 12 % respectivamente.
Esto indica que la sombra parcial y el agua de escorrentía que cae de los paneles crean un microclima más favorable para la vegetación, reduciendo la evaporación y el estrés hídrico.
Diseño no optimizado… y aún así beneficioso
Un punto clave es que la instalación estudiada no fue diseñada pensando en el ecosistema, sino en maximizar la producción eléctrica. Aun así, generó beneficios ambientales considerables, especialmente en los meses secos del verano.
Esto sugiere un margen de mejora enorme: ajustes mínimos en el diseño, como la orientación de los paneles o su inclinación estacional, podrían mejorar aún más los efectos ecológicos.
Implicaciones ecológicas y para la sostenibilidad
El estudio reafirma que la energía solar no solo es limpia en términos de emisiones, sino que puede integrarse de forma sinérgica con los ecosistemas locales. En zonas áridas o semiáridas, donde el agua es un recurso crítico, la agrivoltaica podría ser clave para:
- Conservar suelos y vegetación nativa.
- Reducir el riesgo de desertificación.
- Facilitar la coexistencia entre energía renovable y biodiversidad.
La agrivoltaica representa una estrategia doblemente útil en la transición ecológica:
- Genera energía renovable sin consumir suelo agrícola.
- Mejora las condiciones ecológicas locales mediante sombra, humedad y regulación térmica.
Si se implementa de forma planificada, puede incluso contribuir a recuperar zonas degradadas, evitando conflictos entre conservación y desarrollo energético. Además, al reducir la necesidad de riego, se convierte en una herramienta poderosa en regiones donde el agua escasea o está contaminada con sustancias como el amianto, muy presente en infraestructuras obsoletas.
Las granjas solares bien diseñadas pueden ser un aliado clave para la regeneración ambiental, combinando sostenibilidad, eficiencia y resiliencia frente al cambio climático.
Más información: Evidence of photovoltaic aridity mitigation in semi-arid grasslands – IOPscience



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