Actualizado: 05/04/2021
Hoy ha pasado un año desde mi última ducha. Sí, sé que suena loco y por supuesto que hace un año habría estado de acuerdo con usted. Yo era un chico que se duchaba regular regularmente los primeros 26 años de mi vida. Bueno, tal vez no todos los días, pero casi.
Una historia de superación, convicción y respeto al medio ambiente como la de Lauren Singer, que ha estado 2 años sin generar basura. También nos viene a la cabeza aquella historia de Mark Boyle, que consiguió vivir dos años sin dinero.
Así que se preguntaran ¿cómo termina un tipo normal sin ducharse 365 días?
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Todo comenzó con un largo paseo en bicicleta a través de América para promover la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente. Me obligué a cumplir un montón de reglas para dar ejemplo. La norma era que el agua solo podía ser obtenida a partir de fuentes naturales, como lagos, ríos, la lluvia o de fuentes alternativas como grifos que gotean. Y seguí la regla estrictamente, con el objetivo de mostrar lo poco que necesitamos para vivir.
En 100 días de ruta en bicicleta no tome ninguna ducha, lo que supuso un gran esfuerzo. Pero todo había salido tan bien que decidí continuar sin ducharme. Me puse una nueva meta, 6 meses, y cuando pasó ese tiempo me di cuenta de que también podría estar un año completo sin una ducha.
Así que aquí estoy ahora, un año después, para contar la historia de mi año sin una ducha.
Me imagino que todos estáis pensando que doy asco, ¿verdad? Que huelo como el monstruo de la ciénaga o algo así…
En realidad, no. Cuando digo que no me he duchado eso no significa que no me haya bañado. Nadé casi a diario en lugares como este:
Y este:
Me he duchado en cascadas como esta:
y usaba jabón ecológico biodegradable cuando lo necesitaba.
Aprendí que al vivir respetando la naturaleza, no necesitaba productos cosméticos. Solo con utilizar un poco de jabón, pasta de dientes, y aceites esenciales, con esto tenía cubiertas mis necesidades. No necesitaba usar colonias, desodorantes, champú, lociones o cualquier otro producto lleno de productos químicos . Y ¿adivinen qué? No me faltaban amigos!
De hecho, algunos incluso se han bañado conmigo.
Incluso he tenido algunos romances en este año.
Nadie pensó que olía mal en absoluto. Y me sorprendí de lo limpio que estaba, como todos los demás.
Me di cuenta de que el agua no tiene que salir de un cabezal de una ducha para manternerme limpio. Puedes lavarte en lagos.
Ríos.
O simplemente en la lluvia.
Pero cuando el agua natural no estaba disponible encontré otros lugares para lavarme sin tener un impacto negativo. ¿Te gusta esta boca de incendios con fugas en Brooklyn?
O esta boca de incendios en el Bronx:
Aprendí que puedo secarse al aire libre en lugar de usar una toalla.
La ducha me conectaba con la naturaleza. Se convirtió en mi momento favorito del día, cuando desconecto del estrés de la vida y encontrarme a mi mismo.
A veces nos relajamos.
Otras veces contemplaba la vida.
Y en alguna ocasión tenía huéspedes.
Me enteré de que el estadounidense promedio utiliza alrededor de 378 litros de agua al día. Pero yo era capaz de utilizar menos de 7 litros al día en mi ruta en bicicleta. Eso son sólo 8 botellas de agua.
Aprendí a apreciar el agua hasta la última gota.
Dado que el agua nos da vida a todos nosotros y los animales también.
Cuando llegué a casa de mi viaje en bicicleta reanudé mi vida normal, pero me las arreglé para utilizar sólo 40-80 litros de agua al día. Es decir, 5 veces menos que los estadounidense promedio.
Estuve otros 8 meses sin ducharme y ahorrando más de 19.000 litros de agua y tenía un montón de amigos!
Y como no tenía ganas de nadar, pero tenía que estar limpio, acabé lavandome con un trapo y un par de litros de agua. Pero lo más importante, descubrí que no tienes que dejar la ducha para ser parte de la solución. Hay muchas maneras fáciles de conservar el agua y la mayoría son realmente fáciles para que todos las podamos hacer.
Puedes …
- Comer nenos (o no comer) carne y productos lácteos.
- Tirar de la cadena del water con menos frecuencia.
- Toma duchas más cortas o apaga el agua mientras te estás enjabonando.
- Lava menos y en cargas completas.
- Cierra el grifo mientras lavas los platos.
- Instala sistemas para tener ducha e inodoros eficientes.
- Arregla las fugas de agua.
- Planta comida en vez de césped.
- Almacena el agua de lluvia.
Y si haces todo eso, puedes comenzar a experimentar sentimientos como este!
Artículo y fotografía: Brent Martin.