Los ingenieros hacen todo lo posible para maximizar la orientación de los aerogeneradores, colocándolos en las crestas de las colinas, montañas o a kilómetros de la costa en medio del océano. Un nuevo estudio ha dado un giro interesante que podría abrir nuevas vías para la generación de energía renovable, ya que demuestra que las turbinas situadas detrás de las colinas podrían producir más energía que las situadas al aire libre.
La investigación se llevó a cabo en la Universidad de Twente, en los Países Bajos, y trató de explorar cómo, en algunas circunstancias, las turbinas eólicas podrían beneficiarse de su colocación detrás de las colinas.
Los científicos lo hicieron mediante una técnica de modelización aerodinámica llamada simulación de grandes remolinos, que les permitió simular los efectos de una colina tridimensional en el rendimiento de las turbinas situadas a favor del viento.
La simulación se basó en una turbina de 90 metros de altura con palas de 63 metros, colocada a 756 metros detrás de una colina de 90 metros de altura. En contra de la lógica, el equipo descubrió que, en algunas condiciones, esta disposición concreta aumentaba la producción de energía de la turbina en un 24%.
La velocidad del viento inmediatamente detrás de la colina es menor, lo que crea una zona de baja presión. Esta zona de baja presión aspira el aire de arriba, donde el viento es mucho más fuerte que cerca del suelo. Esto significa que un aerogenerador no necesita estar más alto para aprovechar los fuertes vientos de las alturas.
Dr. Richard Stevens, autor del estudio.
Este efecto se combina con otro relacionado con los cambios en la dirección del viento a medida que sopla sobre la colina, lo que hace que aumente la intensidad de las fuerzas a medida que barren la turbina.
Además, el viento por encima de la colina sopla en una dirección diferente a la del viento cerca del suelo. Esto hace que el aire de movimiento lento se aleje del aerogenerador, dejando que la turbina detrás de la colina se beneficie de la fuerte corriente.
Dr. Richard Stevens.
Aunque el estudio demuestra que algunas turbinas colocadas detrás de colinas en determinados entornos podrían producir mayor cantidad de energía, hay otros factores que hay que tener en cuenta. Las simulaciones muestran que este aumento del viento provoca mayores cantidades de turbulencia, lo que provocaría un mayor desgaste de las turbinas. Los científicos siguen investigando si los beneficios compensan el tipo de daño que pueden sufrir las turbinas y si este aumento de rendimiento puede reproducirse en entornos más amplios del mundo real.
En esta situación concreta, con una sola colina, la producción de energía es mayor, pero el terreno de la vida real es mucho más complejo.
Dr. Richard Stevens.
Más información: www.sciencedirect.com
Vía www.utwente.nl
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