Actualizado: 23/10/2023
Nuestras ciudades y sus ciudadanos se van acostumbrando, poco a poco, a ver vehículos eléctricos circulando por sus calles. Una presencia sobre la que ya existen algunos falsos mitos que hemos querido reunir en este post, que te será de gran utilidad, tanto si estás pensando en acudir al mercado de automóviles nuevos, como si vas a mirar las ofertas de coches de segunda mano. Una presencia que se hace cada vez mas necesaria y urgente por la creciente contaminación en gran parte de las mayores urbes del mundo.
Mentiras coches eléctricos.
- No tienen potencia. Es una de las mentiras más comunes que rodean a los coches eléctricos. Pero, si fuera por la capacidad de sus motores, todos los vehículos eléctricos actuales podrían ofrecer mucha más potencia. Hasta el doble de lo que declaran. Las limitaciones se deben a la potencia máxima que pueden entregar las baterías. Muchos de los coches eléctricos que se venden en la actualidad, son capaces de pasar de 0 – 100 km/h en menos de 6,5 segundos.
- No son seguros. Otro falso mito, pero la única verdad es que la presión de los gobiernos a los fabricantes ha hecho que las medidas de seguridad de los coches eléctricos sean totalmente fiables. Así que tranquilo, nunca morirás electrocutado al recargar tu coche eléctrico. Las baterías de estos coches son de litio, un material que no contiene nada explosivo en su interior. El litio es inflamable, al igual que la gasolina, pero la gran diferencia entre ambos es que no produce vapores extremadamente inflamables.
- Son difíciles de reparar. Mentira. Son muy simples y fiables. Su tecnología no es excesivamente novedosa. No tienes que preocuparte en absoluto de que se te vaya a romper tu coche eléctrico o de que vayas a tener problemas al repararlo. Los motores eléctricos, comparados con los de gasolina, tienen una fabricación mucho más sencilla y además tienen una vida útil considerablemente mayor (sin contar la batería). La cantidad de componentes mecánicos que friccionan y varían de temperatura en el motor eléctrico es mucho más reducida, por lo que los componentes individuales están expuestos a un desgaste también menor.
Por tanto no se requieren servicios, revisiones regulares, algo que, por el uso, sí necesitan los motores convencionales. Los coches eléctricos además no precisan ni transmisión ni embrague; no necesitan un turbo, tampoco un silenciador ni un catalizador para el filtro de partículas. Mientras que los coches de gasolina deben mantener estos elementos continuamente, el conductor de un automóvil eléctrico se ahorra todo esto en tiempo y dinero. Esto significa que la necesidad de mantenimiento y reparación se reduce enormemente en los coches eléctricos. Exceptuando, claro está, las baterías. - No hay electricidad suficiente para que haya muchos. Este es otro de los falsos mitos que circulan de boca en boca. El caso es que a España incluso le podría venir bien para que no hubiera sobreproducción eólica, ya que nuestro país es el segundo mayor productor de este tipo de energía en Europa. Hay que decir también que los coches eléctricos también son generadores de electricidad, ya que generar energía por ejemplo al frenar.
- La vida útil de la batería es corta. En absoluto. Una batería de litio puede ofrecer hasta 3.000 ciclos de carga sin perder más del 20 % de su capacidad. Lo que es cierto, es que se debe gestionar la batería de manera adecuada, esto significa tener precauciones como no dejar que el nivel de carga descienda del 20%. Una batería de Litio se deteriora notablemente más despacio en invierno que en verano. De ahí que durante los meses de verano tenga sentido proteger las baterías con una refrigeración adecuada.
Las baterías de Litio se ven afectadas tanto por el paso del tiempo como por el envejecimiento cíclico. Esto quiere decir que, independientemente del uso, el envejecimiento avanzará con el tiempo.
La vida útil de una batería de Litio depende directamente de su buen uso. Una mala manipulación puede influir de manera negativa en la conservación del acumulador de energía. Actuando convenientemente, la vida útil de la batería se alargará considerablemente. El principal factor en este sentido es la temperatura de la batería. Unido a esto, una correcta carga y descarga es un factor de influencia muy importante.
Tanto una sobrecarga como una excesiva descarga acortan fuertemente la vida de una batería, lo cual es normalmente impedido por la electrónica del vehículo; al igual que influye un proceso de carga o descarga demasiado fuerte, esto es, la rapidez con la que se cargue o la velocidad con la que se descargue durante la conducción. Las aceleraciones bruscas (o una conducción agresiva habitual) afectan también a la vida útil de la batería. Por ello se recomienda recargar la batería del coche lentamente además de conducir suavemente para no perjudicar su duración.
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