
Lamentablemente, la agricultura no es el proceso más eficiente del mundo, ya que requiere enormes cantidades de tierra y recursos, y a medida que la población humana crezca en el futuro, el suministro de alimentos se verá sometido a una presión cada vez mayor. Pero un nuevo estudio ha demostrado que cultivar proteínas a partir de microbios podría ser un sistema más sostenible y eficiente.
El sistema alimentario actual se centra en el cultivo de cosechas, que requieren muchos recursos naturales como agua, luz solar, dióxido de carbono, nitrógeno y, por supuesto, tierra. Gran parte de esos productos alimentan directamente a los humanos, pero otra parte se canaliza primero hacia otro paso: los animales, que también necesitan tierra y agua antes de pasar a proporcionar alimento a los humanos.
Pero podría añadirse una nueva fuente de alimento para hacer más eficiente todo el proceso: los microbios.
Usando el mismo tipo de recursos, los microbios se pueden cultivar para producir una biomasa que puede ser procesada en un polvo comestible rico en proteínas y otros nutrientes. Esto podría alimentar al ganado o convertirse en alimento para el consumo humano, reduciendo la necesidad de cultivar plantas.
Esperamos que la proteína microbiana también sea beneficiosa como complemento de nuestra dieta, ya que proporciona una fuente de proteínas de alta calidad compuesta por todos los aminoácidos esenciales, así como por vitaminas y minerales. Esta tecnología tiene el potencial de apoyar la producción de alimentos al tiempo que evita el daño al medio ambiente. Los métodos de cultivo actuales contribuyen a la contaminación de los ecosistemas y al agotamiento de las reservas de agua en todo el mundo.
Dorian Leger, primer autor del estudio.
Pero, ¿es práctica? Para el nuevo estudio, un equipo dirigido por científicos de la Universidad de Göttingen modeló instalaciones de producción microbiana de alimentos a gran escala, analizando los requisitos energéticos de cada paso del proceso e investigando diferentes configuraciones y tipos de microbios.
Las instalaciones modeladas harían uso de fuentes de energía renovables. El dióxido de carbono se capta del aire exterior y, mediante la electricidad suministrada por células solares, se convierte en alimento para los microbios en un biorreactor. Éstos, a su vez, producen la biomasa que puede transformarse en alimento.
El equipo descubrió que, por kilogramo, la producción de proteína microbiana sólo requería el 10% de la tierra de la soja, el cultivo vegetal más eficiente. También se reduce el uso de agua y se elimina por completo la necesidad de fertilizantes.
Las granjas microbianas también podrían aprovechar zonas no aptas para la agricultura tradicional, como los desiertos. Los modelos mostraron incluso que el sistema seguía siendo lo suficientemente eficiente en latitudes más altas, donde no hay tanta luz solar disponible.
Por supuesto, esta proteína en polvo no será un sustituto adecuado para todos los cultivos vegetales: el equipo señala que cosas como la remolacha azucarera no suelen cultivarse para ser consumidas directamente, sino para otros usos en la industria alimentaria. Pero la proteína microbiana podría reducir la necesidad (y el impacto ambiental) de productos como la soja y los cereales que se cultivan para alimentar al ganado.
Es poco probable que sea una bala de plata para el problema de la seguridad alimentaria, pero la proteína microbiana podría ser sólo un ajuste de los muchos que necesitamos hacer en nuestras dietas futuras. Otros podrían incluir el consumo de insectos y el cultivo de carne en el laboratorio.
Más información: www.pnas.org
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