Los investigadores descubrieron que la implementación generalizada de tecnologías que extraen dióxido de carbono de los conductos industriales y del aire ambiente sería mucho más costosa y dañina que un hipotético cambio mundial a electricidad y calor provenientes de fuentes renovables, si se toman en cuenta los costos de la energía, las emisiones y los impactos en la salud.
La captura de carbono resulta más costosa que el cambio a energías renovables
Investigaciones recientes han revelado que la implantación generalizada de tecnologías destinadas a extraer dióxido de carbono (CO2) de los gases industriales y del aire ambiente sería considerablemente más costosa y perjudicial que una hipotética transición global hacia la electricidad y el calor provenientes de fuentes renovables. Esta conclusión se mantiene al considerar los costes energéticos, las emisiones y los impactos en la salud pública.
Un estudio publicado en la revista Environmental Science & Technology concluye que, para la mayoría de los países, lograr una provisión de energía basada exclusivamente en el viento, el sol, la energía geotérmica y la hidráulica para el año 2050 reduciría el consumo energético y los costes asociados, mejoraría la calidad del aire y contribuiría a frenar el cambio climático.
Estos beneficios podrían lograrse a una fracción del coste que implicaría implementar tecnologías de captura y almacenamiento de carbono, tanto en fuentes estacionarias como en el aire ambiente.
Según Mark Jacobson, profesor de ingeniería civil y medioambiental en la Escuela de Sostenibilidad Doerr de Stanford, destinar recursos a la captura de carbono en lugar de a la energía eólica, hidráulica y solar incrementa las emisiones de CO2, la contaminación del aire, los requerimientos energéticos, los costes energéticos y los costes sociales totales. Este argumento se mantiene incluso si los sistemas de captura funcionan con energía de origen renovable.
Jacobson subraya que utilizar energía limpia para alimentar tecnologías de captura directa de carbono del aire implica un coste de oportunidad, ya que ese mismo recurso podría emplearse para sustituir una fuente de energía fósil. Es decir, se genera una competencia por las energías renovables, que podrían dedicarse más eficazmente a eliminar combustibles fósiles del sistema energético.
Comparativa entre dos escenarios extremos
Los investigadores compararon los costes energéticos anuales, las emisiones, los impactos en la salud pública y los costes sociales de dos escenarios extremos aplicados a 149 países durante los próximos 25 años.
El primer escenario supone una transición total hacia la electricidad y el calor generados por energías renovables, como el viento, el sol, la geotermia y la hidráulica, junto con avances en eficiencia energética, mejoras en el transporte público, mayor uso de la bicicleta y teletrabajo. Además, contempla la producción de hidrógeno verde mediante electrólisis del agua con electricidad renovable, destinado a sectores como la aviación de larga distancia y el transporte marítimo.
El segundo escenario mantiene la dependencia actual de combustibles fósiles, complementados con algunas fuentes renovables, energía nuclear y biomasa, incorporando a su vez medidas de eficiencia similares al primer caso. En esta alternativa, todos los países analizados implementarían tecnologías de captura de carbono en chimeneas industriales, así como sistemas de captura directa de CO2 del aire ambiente.
Si bien ambos casos son extremos e hipotéticos, permiten cuantificar las diferencias en los costes climáticos, sanitarios y sociales que se derivarían de invertir en la captura de carbono frente a electrificación y renovables.
Beneficios de eliminar la combustión
El estudio concluye que, si los 149 países estudiados lograsen sustituir los combustibles fósiles y la biomasa por energías renovables y mejoras de eficiencia para el año 2050, podrían reducir su consumo final de energía en más del 54%. A su vez, los costes energéticos anuales disminuirían casi un 60%. Además, se evitarían cientos de millones de enfermedades y aproximadamente 5 millones de muertes al año causadas por la contaminación del aire asociada a la combustión de combustibles, ya sea por estufas de leña, lámparas de queroseno o plantas de energía a gas.
Un aspecto clave es que la electrificación generalizada reduce la demanda energética porque los sistemas eléctricos, como las bombas de calor y los vehículos eléctricos, son mucho más eficientes que los dispositivos de combustión como calderas, aire acondicionado convencional y motores de combustión interna. También se eliminan los costes energéticos asociados a la extracción, transporte y refinado de petróleo, gas, carbón y uranio.
Jacobson señala que, por más eficiente que sea un sistema de captura de CO2, este no mejora el rendimiento de las tecnologías de combustión subyacentes. En consecuencia, siempre será más económico y eficiente sustituir las fuentes fósiles por energía eléctrica o térmica de origen renovable.
Las políticas climáticas que promueven tanto las renovables como la captura de carbono no diferencian entre soluciones buenas y malas. Por ello, los autores concluyen que cualquier normativa que fomente la captura y almacenamiento de carbono debe ser abandonada. La única vía efectiva para eliminar completamente las emisiones de gases de efecto invernadero y partículas contaminantes es poner fin a la combustión de combustibles.
Vía stanford.edu
Francisco Castresana Dorca dice
Persona con una lógica clarísima, precipitarse sin valorar las consecuencias, no tiene mas que una explicación perjudicar al ser humano..
Mario dice
deben de echarle mano a las cosas, en realidad son curreros que sacan ventaja de la ignorancia y miedo de la gente, la naturaleza se arregla sola millones de años lo demuestran, todo verso, todo curro
Argent dice
el carbono es lo que la vegetación y algas convierten en oxígeno y madera… si encapsulan debajo de la tierra..se van a asfixiar las plantas… y no habrá ni más oxígeno ni agua..porque las lluvias en sus mayorías las producen los árboles al sudar
p dice
siempre encuentra para echar la culpa a la población, contamina con la estufa, con los coches diesel y gasolina, saca la leí y prohíbe la entrada en los ciudades, pero nadie no cuenta cuanto daño trae para fabricar una batería para un coche eléctrico, cuanto agua se gasta, cuando todos pasamos a los coches eléctricos luego nos va a contar que las baterías son muy contaminantes.